Nicolás Ibáñez y yo no podíamos negarnos

Uno de los goleadores más rentables del futbol mexicano en los últimos años firmó por Tigres, club al que no puedes negarte con facilidad
Gerardo Suárez Gerardo Suárez Publicado el
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Existen personas y/o instituciones a las que darles una negativa podría significar un error craso. Yo lo hice y heme aquí redactando a medianoche y sin todavía la posibilidad de recibir un céntimo actualmente. Pero no vengo a hablar de mis aspiraciones económicas.

Volvamos al punto inicial.

Nicolás Ibáñez dejará la comodidad de Pachuca para asumir un reto mayúsculo, uno mayor del que tuvo cuando llegó a México a principios del 2018.

Uno de los goleadores más rentables del futbol mexicano en los últimos años firmó por Tigres, club al que no puedes negarte con facilidad.

Porque La U ofrece amenidades que no se encuentran en cualquier otra institución nacional, al menos futbolísticamente hablando. Son contados quienes se dan el lujo de poseerlas.

Y por eso no puedes brindar una negativa. Sabes que encontrarás esos llamados contratos “once in a lifetime”.

Por eso Ibáñez dijo que sí. Sabe que la vida mejorará sustancialmente para él y los suyos. Pero también porque entendió que el Tuzo dejó de ser un reto para él y debía demostrarse (retarse) a sí mismo que puede brillar en un club de mayor prosapia como lo es el Auri.

En una publicación anterior hice énfasis de cómo dos jugadores jóvenes salieron de una zona de confort para probar suerte en un desafío con mayor grado de dificultad.

“Nico” entra perfectamente en este grupo y lo ha demostrado desde que arrancó su estadía en nuestro país.

Porque no podemos olvidar que Ibáñez llegó al futbol nacional, pero a disputar el entonces llamado Ascenso MX.

El Atlético San Luis encontró a un delantero que militaba en el club Gimnasia y Esgrima La Plata a cambio de 900 mil dólares. Durante su estadía en el “Atleti Potosino” llevó al equipo a ganar un Bicampeonato en la división de plata y, por ende el subir a Primera.

Todavía en Primera, Ibáñez ayudó al equipo que le abrió la puerta en el país. Porque su venta al Pachuca ayudó al Atlético a saldar una deuda de 120 millones de pesos tras haber descendido administrativamente, dinero que fue a parar a las arcas de la Liga MX.

Con los Tuzos la rompió. Fue campeón de goleo y de Liga. Parecía que su puntería podría encaminar a los suyos a buscar su segundo Bicampeonato en el país.

Sin embargo, la oferta de Tigres, el reto deportivo, el compartir vestidor con André-Pierre Gignac y todo lo que implica vivir en la Sultana (bueno, más bien San Pedro Garza García) fueron suficientes para olvidarse de los pastes y aceptar un buen rib-eye y demás cortes cárnicos en Monterrey.

Estamos de acuerdo que existen personas y/o instituciones a las que decirles que no sería algo similar a un craso error. Porque sabes que decir “sí” traerá grandes beneficios de una u otra manera.

Por lo pronto “Nico” comenzará disfrutar de ese maravilloso contrato tipo “once in a lifetime”. Y, su servidor, pues por lo pronto, vencer al insomnio que amenazaba con aparecer la noche de este domingo.

 

Correo: gerardo.suarez@hireincloud
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