Hoy Zacatecas está de luto, como también lo está Jalisco, Guerrero, Tamaulipas, Nuevo León, y todos y cada uno de los estados de la República. Foto: Cuartoscuro

Ni un joven más

Los jóvenes no emigran a otros países solo por la pobreza o por la falta de oportunidades, hoy también lo hacen para alejarse de la violencia

La noticia de la desaparición de los seis jóvenes en Zacatecas es tan dolorosa como la de Lagos de Moreno. Todavía no terminamos de digerir una nota cuando ya estamos con otra, lamentablemente.

No encuentro palabras de consuelo para esos padres que de un momento a otro le son arrancados de sus brazos a sus hijas e hijos, particularmente, para aquellos que son víctimas del crimen organizado.

Duele leer, escuchar o ver las noticias en estos tiempos. Noticias que hacen un hueco en el estómago, que te hacen pasar saliva, que te estrujan el corazón, el alma, y que te entristecen.

Son nuestros jóvenes, nuestra esperanza, nuestro presente y futuro como país. Hoy no solo guardamos silencio por ellas y ellos, sino que exigimos un alto a la violencia contra nuestros jóvenes.

Cuando escuchaba historias de los jóvenes que huían de la violencia de sus países, de los grupos criminales que los obligaban a ser parte de sus filas, pensaba que en México éramos afortunados porque eso no sucedía, pero hoy, estas historias de terror nos han alcanzado.

Los jóvenes no emigran a otros países solo por la pobreza o por la falta de oportunidades, hoy también lo hacen para alejarse de la violencia, una violencia que los alcanza y no los deja vivir.

Nuestros jóvenes quieren estudiar, trabajar, viajar por el mundo, tener un automóvil, una casa, jugar un deporte, ayudar a sus padres, ser científicos, escritores, doctores, ingenieros, abogados, empresarios, todo menos criminales.

En mi cabeza no dejan de rondar las imágenes de las madres buscando a sus hijos, deteniendo el tránsito en las carreteras para exigir la aparición de sus familiares, los llantos de esas madres que no alcanzan consuelo alguno.

Mis condolencias a los padres y madres que viven el dolor del asesinato de sus hijas e hijos, de la desaparición de estos, y de la indolencia de un gobierno que sigue apostando por los abrazos.

Hoy Zacatecas está de luto, como también lo está Jalisco, Guerrero, Tamaulipas, Nuevo León, y todos y cada uno de los estados de la República, donde nuestros jóvenes desaparecen y son asesinados. ¡Ni un joven más! ¡Ni uno!

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