Narcodemocracia

Las próximas campañas políticas para determinar al sucesor presidencial, así como el mismo proceso electoral del 2 de junio, están en una situación vulnerable si el Estado mexicano no empieza actuar desde hoy ante las amenazas del crimen organizado.

De acuerdo con lo declarado por el magistrado del Tribunal Electoral, Felipe de la Mata Pizaña, se advierte que la narcodemocracia estará en repunte en el próximo proceso electoral, si la ciudadanía no toma la valentía de salir a las urnas y decidir otro rumbo social.

Si no hacemos lo que nos corresponde y se hace cumplir la ley, estaremos frente a una narcodemocracia, pues el crimen organizado actuará de manera activa en muchas regiones del país, ya sea para disuadir candidatas o candidatos, o bien, para tratar de imponer aquellos que así le convengan.

Por ello hago un llamado urgente a todas las autoridades competentes en materia electoral, pero también, a todas aquellas autoridades de los tres órdenes de gobierno, a que como Estado mexicano salvaguarden el proceso electoral.

Es indispensable iniciar una estrategia de seguridad que proteja a las candidatas y candidatos que estarán participando en las campañas, así como a la ciudadanía que saldrá a las urnas en todo el país.

Las elecciones del 2024 son fundamentales a raíz de que se juega el futuro político de México. Sobre todo porque se prevé una elección de Estado y quizá, el último ejercicio democrático que pueda realizarse en libertad derivado del autoritarismo con el que se rige el presidente.

Estamos ante la elección más grande de la historia. Más de 20 mil cargos de elección popular se van a resolver el próximo 2 de junio, desde la Presidencia de la República, alcaldías, regidurías, ocho gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, y es por ello indispensable salir a las urnas y votar.

Lo único que puede salvar al país tanto del crimen organizado como de la continuidad de un gobierno autoritario, es que todas y todos salgamos a ejercer nuestro voto, con el fin de lograr que haya una participación sin precedente, mayor a la del 2018, en la cual votó el 62 por ciento del padrón electoral, es decir, la invitación es que sea un 70 por ciento o más.