Nadie te ha hecho nada

¿Qué es lo peor que te han hecho? Te tengo noticias, tú escogiste a esa persona para vivir esa experiencia y aprender o tienes en el fondo de tu mente la idea de ser culpable de algo y sentiste que merecías un castigo.

Si conviertes a tu peor enemigo en tu más grande maestro no sentirás más que agradecimiento hacia esa persona, habrás aprendido esa lección y la experiencia no tendrás que repetirla jamás.

Hoy en día el tema del perdón suena por todos lados y se han inventado mil formas de hacerlo. Todos coinciden en que el único beneficiado es uno mismo, pero mientras sigamos pensando que somos las víctimas y tan buenas personas que sabemos perdonar, no nos estamos beneficiando del todo. Recuerda la frase que dice: “Perdonar no es olvidar sino recordar sin dolor”.

A muchos nos pasa que después de saber que somos los responsables de lo que nos “hacen” entra la culpa y no nos cabe en la cabeza cómo fuimos capaces de provocarnos algo así y, a veces, pueden pasar años para darnos cuenta que no pudo ser de otra manera y que gracias a ese evento hoy somos quienes somos. 

Mientras sigas sintiendo que eres víctima de este mundo, que el mundo te amenaza, que ya no se puede confiar en la gente y que todos son traidores, vibrarás en esa frecuencia y no podrás atraer algo diferente a tu vida. 

Jorge Lomar habló de los cinco pasos del perdón. El primero: Siente, soltando la historia sin drama, con apertura, después recuerda que todo el conflicto está en tu mente, en la manera que decidiste percibir, eso es responsabilizarte. Luego di “No sé”, al hacer esto te vuelves humilde y sueltas todas las creencias acerca del bien y el mal que te han instalado. El cuarto es unirte con el Ser, al hacer esto te identificas con la verdad y puedes experimentar el cielo aquí en la tierra. Por último recibe el amor, la verdad y la gracia. No intentes darle forma, recibe la sanación dando gracias y aceptando que el otro eres tú. Todos venimos aquí a cumplir un propósito y la única manera de aprender es equivocándonos, pero teniendo muy consciente que en realidad nos equivocamos porque actuamos desde la información de lo que creíamos que era bueno, en ese momento no sabíamos lo que sabemos ahora, luego te haces consciente del error y lo corriges, no puedes culparte por no haber sido consciente de algo que no sabías. 

Así actuamos todos, creyendo que tomamos la mejor decisión, la realidad no pudo ser de otra manera y somos inocentes.

Por último, les comparto la reflexión de la piedra. “El distraído tropezó con ella. El violento la utilizó como un arma. El emprendedor construyó con ella. El campesino cansado la utilizó como asiento. Para los niños fue un juguete. David mató a Goliat y Miguel Ángel sacó la más bella escultura. En todos los casos la diferencia no estuvo en la piedra, sino en el hombre.”

No existe piedra en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento. Y tú, ¿qué vas a hacer con tu piedra?