Lo decía Pedro Navajas y lo decía bien: “La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”, y agregaría aquí las ironías de la vida.
En estos días Usain Bolt está cumpliendo una gira con sus patrocinadores de la marca Puma y otras más que lo han llevado a Buenos Aires, que no tiene una cultura de atletismo sino de otros deportes como el basquetbol, futbol o hockey sobre pasto, pero en el atletismo le ocurre igual que nosotros con mucha indiferencia.
Entonces llega el hombre más veloz del mundo, cobrando millones de dólares por una exhibición en pista en donde tendrá quizá un rival más o menos a modo, y otros totalmente desconocidos, para levantar estos billetes que se van a dar por supuesto por las entradas, la televisión y los patrocinadores.
Después hará una carrera contra un autobús lleno de personas que será muy divertido, al final le van a aplaudir y se va a llevar varios millones de dólares a la bolsa y continuará la gira.
“La vida te da sorpresas”
Juegos Olímpicos de Berlín 1936, en medio de la parafernalia de la Alemania nazi que iba en ascenso, es Jesse Owens el atleta de raza negra, que por cierto mucho más discriminado en Estados Unidos que lo que dicen que ocurrió en Alemania en donde muchas cosas son leyendas, incluso aquella negativa de Hitler de felicitarlo, esto no ocurrió, pero a final de cuentas fue símbolo del orgullo norteamericano en contra de la Alemania nazi.
Pero muy tarde
Los reconocimientos a Jesse Owens se dieron mucho después de haber realizado esa hazaña portentosa de cuatro medallas de oro en Juegos Olímpicos. Finalizando estos Juegos y en medio de la euforia de sus cuatro medallas, que no significan lo mismo que ahora, un ganador olímpico de hoy es muy diferente a uno de aquella época en donde apenas y se enteraban en las noticias por los periódicos, los teletipos o el radio, pero llegó de todas maneras a Nueva York y se le hizo un gran homenaje en la quinta avenida.
¿Qué pasó con Jesse Owens?
Debió dedicarse a seguir corriendo, que era lo único que sabía hacer, y muy rápido, para poder sobrevivir.
Los Juegos Olímpicos que se celebrarían en Tokio no se hicieron por el gran conflicto armado de la guerra que más muertos ha dejado en la historia de la humanidad, obviamente los Juegos de 1944 tampoco se llevaron a cabo por la guerra.
Para 1948, cuando llegaron los Juegos Olímpicos de Londres, que por cierto fueron rescatados por la capital inglesa y por el gobierno Británico, hubo una gran austeridad, de otra manera se hubieran perdido para siempre. Los atletas iban con la comida racionada y muchos que viajaron a Londres lo hicieron con sus propios alimentos.
Pero este no es el tema, para ese entonces Jesse Owens ya había desaparecido del firmamento, ya no era el gran campeón olímpico, ya no era el que obtuvo las cuatro medallas.
Tenía que sobrevivir, ¿cómo lo hizo?, pues se dedicó a viajar, prácticamente a pueblear en muchas partes sobre todo en el nuevo oeste de Estados Unidos, por Texas y Oklahoma.
Acompañado de un circo, se dedicó a correr contra caballos y hacer retos especiales, siempre apostando en esa gran velocidad y determinación que tuvo.
“La vida te da sorpresas”, insisto.
Y nuevamente la ironía
Jesse Owens lo hizo para sobrevivir hasta que se perdió por ahí.
Los reconocimientos vinieron mucho más adelante por parte de la propaganda política de Estados Unidos, que le interesaba mostrar la perversidad de la Alemania nazi a la que ya habían derrotado.
Usain Bolt no es culpable
Por supuesto que no. Él gana muchos millones de dólares porque es el hombre más rápido sobre la Tierra y porque vivimos en estos tiempos de gran comercialización y mercadotecnia.
En estos tiempos de los atletas consumados que deben dedicarse toda su vida y tiempo a su preparación y uno en miles es el que destaca. Ese es el que se lleva estos millones de dólares, y conste no se los quita a nadie, no comencemos a comparar a los médicos, poetas, ingenieros o científicos, con los atletas.. Cada quien genera su propio ingreso.
El deporte no le roba nada a nadie, pero hoy Usain Bolt cobra por esta exhibición corriendo contra un camión. El millón de dólares que Jesse Owens nunca soñó siquiera ver junto, para él sus medallas significaron poder alcanzar la posibilidad de trabajar en un circo y hacer algo raro, como correr contra un caballo.
Para Usain Bolt, esto, le aseguro, ni siquiera está en su mente.
Así las cosas pues, los atletas de hoy tendrían que voltear al pasado y encontrar que gracias a aquellos atletas, están en donde ellos se encuentran ahora. Signo de los tiempos. Jesse Owens nació a destiempo. Así de fácil.