Muncher House
Tres jóvenes emprendedores son los que hace solo tres meses abrieron este restaurante en Monterrey.
El tipo de comida es de aquella que todos conocemos, hamburguesas, pastas, sándwiches, alitas, costillas, ensaladas, etc.
Comida confortable, pensarías que nada te va a sorprender… Algo arriesgado ya que existen muchos lugares en esta ciudad con este tipo de alimentos.
Sin embargo, hay muchos detalles, sabores y elementos que llegan a tocar tus sentimientos, y te hacen regresar a este lugar. El concepto de este restaurante tiene fundamento.
Karina BarbieriTres jóvenes emprendedores son los que hace solo tres meses abrieron este restaurante en Monterrey.
El tipo de comida es de aquella que todos conocemos, hamburguesas, pastas, sándwiches, alitas, costillas, ensaladas, etc.
Comida confortable, pensarías que nada te va a sorprender… Algo arriesgado ya que existen muchos lugares en esta ciudad con este tipo de alimentos.
Sin embargo, hay muchos detalles, sabores y elementos que llegan a tocar tus sentimientos, y te hacen regresar a este lugar. El concepto de este restaurante tiene fundamento.
No es uno más de los tantos lugares de los que podemos escoger. Logra diferenciarse y el éxito es evidente.
Estos tres jóvenes lograron impresionarme. Con sus menús divertidos, que al abrirlos en la mesa “disfrazan” a los comensales de bellos animales. Con su comida jovial, con platillos como su pasta corta con la salsa de chili-dogs… ¡Deliciosa!
Los S’Mores, que te los preparas tú mismo, con una fogatita en tu mesa, malvaviscos, salsa de chocolate y galletas Graham.
O el bizcocho de chocolate horneado al momento ¡en una taza! que va acompañado de malvavisco.
Pedro Sáenz, de 28 años, graduado del ICUM, en la Licenciatura de Gastronomía, es el chef ejecutivo.
Se encarga de todo lo que pasa en la cocina. El menú es creación de los tres. O mejor dicho de los antojos de los tres.
Pedro se encarga de formalizar las recetas, además de costeos, formatos, inventarios, pedidos, es decir, de la administración de la cocina.
Con cierta regularidad saca platillos nuevos, por ello los sabores de los helados no vienen en el menú, ya que se cambian muy seguido. Todo se hace desde cero en el restaurante.
Tratan de agregar “recuerdos a los platillos”, como una nieve de Gansito o un bebida caliente con una oblea de cajeta. Te cautivan a través del sentimiento que te produce un recuerdo por medio de los sabores.
Nathan Leal, de 22 años, estudia en el TEC en la Carrera de Creación y Desarrollo de Empresas. En su forma, encantadora, se encarga de la mercadotecnia, servicio al cliente y relaciones públicas.
Le encanta la gente y lo transmite, gusta de estar en el comedor. De hecho, no permite que el cliente “pajaree”.
Es de los que no saben “freír un huevo”, dicho por él, pero conoce al mercado, cómo piensa, la línea del concepto, del lenguaje de su clientela.
Aporta ideas locas, sueños. Tales como realizar una lotería. Organiza quinielas en los partidos, regalando bebidas a los clientes.
Por su parte, Eduardo González, de 26 años, también graduado del ICUM, con seis años de experiencia trabajando en restaurantes, se encarga de la administración de Muncher House, ventas, números, costos, contratación de personal. Además se encarga del desarrollo de las bebidas del bar.
Aunque estos tres amigos de la infancia tienen bien definidas sus labores dentro del restaurante, nada se hace sin la aprobación u aportaciones de cada uno. El esfuerzo de los tres se ve reflejado en todas las áreas del lugar.
El nombre viene de un modismo, Muncher, que viene de la persona que disfruta la comida, que come con placer.
Una persona que quiere vivir una experiencia alrededor de la comida. Quiere ser la casa de las personas que disfrutan de la comida, no solo por saciar el hambre.
En Muncher House se cuidan todos los detalles, desde la bebida, comida, música, decoración, ambiente y servicio.
Sin duda vale la pena visitar este lugar y disfrutar de toda la experiencia.
¡Felicidades y mucha suerte a sus creadores!
Así se describen ellos:
“Muncher House es sitio de asecho para los depredadores, punto de reunión para los recolectores de momentos; es hogar de comida cálida y abrazos fuertes.
Somos artesanos de comida y cosechadores de conversaciones.
Muncher House es el techo que esta para todos, para siempre.
Nuestra misión es saciar el hambre de convivencia.
Cesar la sed de liberación.
Callar la ansiedad y ruido social con malta fermentada, pan fresco y sustituirlo por risas familiares y por la eufonía de la música.
Nuestra visión es expiar el apetito de todos los Munchers con un platillo para cada colmillo, con un trago para cada ocasión y con un sentido al espacio que le rodea”.