¡Mujeres cabronas!
Las mujeres no solo son más cabronas que bonitas -como coloquialmente se dice en México- sino que son más en general.
Me considero un feminista. Y es que cómo no serlo en la época en la que el líder del free world, el presidente del país cuyas barras y estrellas representan los valores más liberales del planeta, es decir, Donald Trump, declara que a las mujeres hay que tomarlas por los genitales o en la que proyecta a su propia hija como un símbolo sexual y asegura que de no ser su hija saldría con ella.
Rodrigo VillegasLas mujeres no solo son más cabronas que bonitas -como coloquialmente se dice en México- sino que son más en general.
Me considero un feminista. Y es que cómo no serlo en la época en la que el líder del free world, el presidente del país cuyas barras y estrellas representan los valores más liberales del planeta, es decir, Donald Trump, declara que a las mujeres hay que tomarlas por los genitales o en la que proyecta a su propia hija como un símbolo sexual y asegura que de no ser su hija saldría con ella.
Cómo no serlo cuando millones son asesinadas por que el viento del desierto de Rub al-Jali les levanta la burka, y ante los ojos de Alá es un acto impropio. Millones más son vendidas en el mercado negro como esclavas sexuales. Cómo no serlo cuando en México las jefas de familia, las madres solteras que trabajan representan el 70 por ciento de este segmento, sacando adelante a sus hijos. Otras miles más hacen el último sacrificio humano con tal de que sus hijos no tengan que arriesgarse a cruzar el río Bravo o el Desierto de Sonora para encontrar mejores oportunidades.
No serlo, creerlo o al menos reflexionarlo resulta no sólo un tanto suicida – si no voltee a ver a la mujer con la que usted está leyendo estas letras– si no que representa una traición al esfuerzo de quienes nos dieron vida y una incongruencia al verdadero sentido del macho, el verdadero hombre mexicano.
El mundo no solo ya cambió, sino que el mundo era uno cuando empezó a leer esta columna y cuando termine de hacerlo será otro. El estallido socio-digital mediante el cual los derechos de las mujeres se produce es el equivalente a la detonación de cien bombas nucleares diarias. Es una realidad innegable.
La ingenuidad, disfunción tiroidea y la ignominia del hombre ciego que trae consigo episodios como el del Parlamento europeo hace una semana, en la que el diputado de ultraderecha, el polaco Janusz Korwin-Mikke rebuznó que las mujeres “eran más débiles, más pequeñas y menos inteligentes”: Ayúdame a ayudarte, compadre.
Si bien la célebre frase de la cherchez la femme utilizada por Alejandro Dumas en su novela Los mohicanos de París siempre será, lo cierto es que también hoy más que nunca en la raíz de la solución de un problema está una mujer.
Y es que, las espantosas cifras de feminicidios más allá del análisis desde el punto de la seguridad pública y su politización tiene un trasfondo. Y eso es que es de verdad una lucha contra los estereotipos, contra lo inevitable; alzar la voz. El omerta de las mujeres con sus parejas que las violentan se ha terminado y eso es algo que se debe celebrar. Sin embargo, las consecuencias fatales de una guerra silenciosa son lamentables.
Ayer, Reporte Indigo celebró el Día Internacional de la Mujer con un especial, hoy este autor celebra a todas las mujeres; amas de casa, campesinas, médicos, profesionistas, policías, soldados y marinos con esta columna.