No solo no hay un carril por donde las bicicletas puedan andar, ni siquiera hay banquetas para que el peatón pueda caminar.
Se escucha la buena intención por parte de las autoridades de promover el uso de bicicletas para disminuir el uso de automóviles.
En la actualidad transitan camiones de ruta con espacio al frente para cargar bicicletas, permitiendo que los usuarios combinen ambos transportes.
¡Que emoción! De pronto nos sentimos viviendo en una ciudad primermundista.
Pero al observar las cifras de accidentes por atropellamiento, la emoción se desvanece. Según el Centro Nacional para la Prevención de Accidentes, 7 mil 270 personas mueren al año por atropellamiento.ç
Ya decía mi abuela que del dicho al hecho hay un gran trecho. Para empezar, no solo no hay un carril para bicicletas, ni siquiera hay banquetas para que el peatón pueda caminar.
Las calles parecen estar tomada –secuestradas- por los automovilistas, que no solo no dan el paso a peatones y ciclistas, además, enfurecidos de que se te ocurra ocupar su calle, te avientan el carro en actitud amedrentadora.
Hay una lucha civil por rescatar espacios para ciclistas. Congresos Nacionales de Ciclismo Urbano se organizan por toda la República. Del 25 al 27 de Octubre en Morelia. Del 1 al 13 de Noviembre, en Monterrey. Se entregarán premios a la Ciudad que mas apoye el ciclismo.
Todos los foros buscan promover los beneficios del uso de la bici. En la economía familiar. La ecología, buscando ciudades sustentables. Salud, un ataque duro a la obesidad. Cultura ciudadana, donde el pleito carro a carro, se convierte en una conversación entre ciclistas. Puntos que todos sabemos pueden cambiar un tipo de ciudad y hacerla otra muy diferente.
Pero nada de eso sucederá si no vemos mas allá de los buenos discursos de alcaldes y gobernadores, la intención seria de invertir en infraestructura y una determinante convicción para hacer cumplir el reglamento de transito. No solo un reglamento para los automóviles, también para el peatón y los ciclistas.
Yo me subo en mi bici, si el gobierno puede garantizar mi seguridad en la calle.
Queremos un México bicicletero, no en su aplicación despectiva del término, si no en la aplicación real de una vida en bicicleta segura.