Metas estructurales
No parecería lógico que reformas que nos devuelvan a malos años del pasado reciente pudieran ser festejadas con bombo y platillo.
En la reciente reunión en la que el cuerpo diplomático hizo gala de su mansedumbre ante el atropellamiento del servicio civil de carrera, esperando a que la embajada ocupada no sea vista con buenos ojos por alguno de los tantos amigos del canciller o de sus ambiciones, hizo aparición el reporte de las reformas, como mensaje a ser enviado a todo el orbe, pero soto voce, la audiencia mostró poco entusiasmo.
Gabriel Reyes OronaNo parecería lógico que reformas que nos devuelvan a malos años del pasado reciente pudieran ser festejadas con bombo y platillo.
En la reciente reunión en la que el cuerpo diplomático hizo gala de su mansedumbre ante el atropellamiento del servicio civil de carrera, esperando a que la embajada ocupada no sea vista con buenos ojos por alguno de los tantos amigos del canciller o de sus ambiciones, hizo aparición el reporte de las reformas, como mensaje a ser enviado a todo el orbe, pero soto voce, la audiencia mostró poco entusiasmo.
Meade, que fue agorero del anterior gobierno y del anterior a ese, dentro de cuatro años tendrá que decir que ahora sí va la buena, y tendrá que sacar de su manga la información financiera estratégica y los inconfesables pactos que discute con el gobierno Chino y con las empresas españolas, para mantenerse como activo, aunque tendrá que mirar a otro lado cuando se critiquen las medidas implementadas en esta administración.
Dice que la imagen de México ha cambiado a nivel internacional y es probable que tenga razón, ahora, más allá de la violencia se percibe al país como un destino que se ha tornado autocolonizado, es decir, que mira con buenos ojos el entregar el control de recursos naturales y los provechos de la intermediación financiera a los agonizantes centros del viejo modelo económico.
Gradualmente, los grandes intereses del exterior han conseguido una Ley de Amparo que es una carrera de obstáculos, leyes administrativas que cercan a las empresas locales, regulación procesal sajonizada, disposiciones fiscales que se resumen en la obligada invitación de fuga de matrices a otros países, y, en general, un ordenamiento legal que controla férreamente a los mexicanos y que privilegia los contratos sujetos a ley y jurisdicción extranjera.
Afortunadamente la sonrisa aún no se borra de la faz de los legisladores, quienes en su ingenuidad no acaban de entender que lejos de pasar a la historia como creadores de un andamiaje jurídico moderno, serán recordados como una legislatura que recibió, no leyó y voto lo que le mandaron. Las contrareformas se harán en esta década.
Por su parte, los pactistas, tardíamente aprendieron que no deben discutirse conceptos o grandes líneas, sino que la reforma de los elementos sustantivos o estructurales de nuestro modelo, debe hacerse en la letra chiquita y en cada coma. De lo discutido en sus cenáculos de iluminados a lo que quedó en el Diario Oficial, el tramo es abismal. Sus burdos transitorios no serán ley permanente.
Las reformas que esperamos son aquellas que nos lleven a los niveles que alcanzan el 7 por ciento, o sea casi el doble de la expectativa oficial para las aprobadas, y esas, aún no se escriben.