Mejía Barón: por el rescate Puma

Héctor Quispe Héctor Quispe Publicado el
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Cuando Miguel Mejía Barón tomó las riendas de la Selección Mexicana de futbol en 1992 la crítica especializada simplemente no creía en él. Su obstáculo principal fue relevar en el cargo a uno de los máximos ideólogos de este deporte, César Luis Menotti. Sin embargo, su participación fue histórica. Decide en el presente retornar al primer plano.

El deporte, como el resto de la vida, concentra en determinados episodios la respuesta desesperada a todo. En Estados Unidos 1994 la expectativa del Tri dirigido por Mejía Barón era enorme y por eso los resultados dieron pie a una condena masiva.

Fernando Marcos, un personaje clásico, el todoterreno del futbol mexicano porque fue de todo y con éxito, desde jugador, técnico, árbitro, narrador y agudo comentarista de televisión –sin contar que fue académico, cineasta, orador y consultor de la Real Academia de la Lengua Española– se refería al estratega mexicano con un simple “Mejía”.

Cuando el hiperbólico cronista Ángel Fernández, compañero suyo en un programa radiofónico que pasaba en Radio Fórmula en ese año, le preguntaba el porqué de su seca expresión, ‘Don Fernando’ reponía con su tradicional gesto de autosuficiencia: “Claro, es Mejía, porque de Barón (sic) no tiene nada”. Pretendía, pues, el juego de palabras para criticar que le faltaron argumentos varoniles para meter a la cancha al legendario Hugo Sánchez en el famoso episodio contra la Bulgaria de Hristo Stoitchkov, en Octavos de Final de esa Copa del Mundo.

‘BOOM’ NOVENTERO

Menotti fue contratado en 1991 por el grupo disidente del futbol mexicano. Por primera vez en la historia Televisa perdía el control de la Federación Mexicana de Futbol y lo tomaba Imevisión, hoy TV Azteca. La irreverencia fue un asunto temporal, porque los golpes autoritarios del sector poderoso fueron contundentes y la guerra económico-política se llevó entre las patas la contratación más sobresaliente de todos los tiempos en cuanto al banquillo del representativo nacional.

El técnico campeón del mundo con su selección argentina en 1978 brotó a los espacios mediáticos no solo por su maestría como timonel –con la trascendencia de que muchos le adjudican haberle cambiado para bien la mentalidad al jugador mexicano– sino por su elocuente oratoria al pronunciar sus argumentos futbolísticos.

César Luis siempre tuvo una respuesta para cada pregunta y un respaldo detrás que lo hacían un quijotesco ente precedido por una tesis fundamental, la filosofía menottista explicada en una especie de mandamientos donde él resultaba el mejor Moisés.

Con el ‘Flaco’ comenzaron los partidos ante las grandes potencias, que accedían a jugar contra México simplemente porque sus jugadores eran dirigidos por el argentino.

Cuando Menotti renunció, en parte, porque la persecución de la que fue objeto incluyó problemas de pago de impuestos, una vez más el Tri quedaba a la deriva hasta que de forma ‘tradicional’ recuperaba Televisa el control de las acciones federativas. Luego de un breve paso de quien fuera su auxiliar, Cayetano Rodríguez, arribó la figura de un mexicano con ascendencia puma, Miguel Mejía Barón.

LEGADO

Algo de lo que podían presumir los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en las últimas dos décadas del siglo pasado era que poseían la primera gran cantera del futbol mexicano.

En buena parte, los resultados de proveer a jugadores que constituían las columnas vertebrales de las selecciones mexicanas de todas las categorías de entonces, se debían a una alta escuela fincada por estructuras académico-deportivas.

Renato Cesarini, uno de los grandes maestros del futbol argentino arribó en 1962 a dirigir al entonces llamado Club Universidad. Aunque nació en Senigallia, Italia, vivió la mayor parte de su vida en Buenos Aires.

Dirigió a equipos pamperos con éxito, entre ellos el River Plate y la selección de Argentina, donde su alumno más destacado, Jorge ‘Indio’ Solari tomó sus principios y fundó en Rosario la Escuela Renato Cesarini.

Pero en México, su legado cobró también importancia. Guillermo Vázquez padre conservó su forma de trabajo en las fuerzas básicas, para establecer un programa planificado de cultivo y extracción de talentos de forma escalonada, es decir, por categorías de edades, en un trabajo permanente que permitía cosechar y proyectar camadas de jóvenes promesas.

Vázquez y Héctor ‘Capi’ Sanabria aprendieron del paso de Cesarini en su forma de trabajo para constituir la primera cantera auriazul. Ambos eran escuderos de ex jugadores pumas que se convirtieron en sus técnicos, como Bora Milutinovic, Mario Velarde y Mejía Barón.

HÉROES DE CARNAVAL

Quienes recuerdan a Miguel como futbolista lo hacen como un fuerte defensa central que entraba duro, pero leal a cada balón. En la zaga era pareja de Sanabria. En 1976 se retiró y comenzó su carrera como auxiliar técnico, hasta que como titular resultó campeón de Liga en la campaña 1990-91.

Luego de un paso como coach de los Rayados de Monterrey fue nombrado estratega jefe del Tri en sustitución del interino Cayetano y su primer gran desafío fue aprovechar la invitación a disputar la Copa América de naciones de Ecuador 1993.

Sin embargo, el compromiso más grande era continuar el trabajo iniciado por Menotti, como guía de una Selección Mexicana sedienta de volver a una Copa del Mundo, luego del castigo de no participar en el proceso de Italia 90 por el problema de los cachirules –por la alteración del acta de nacimiento en jugadores de categoría juvenil–.

Jugadores como Hugo Sánchez y Benjamín Galindo se perdieron la oportunidad de jugar en plenitud en esa edición y les quedaba el último llamado en el camino a 1994, al lado de las nuevas figuras estrenadas con Menotti, entre ellas el guardameta-delantero Jorge Campos y el mariscal de campo Ramón Ramírez, utilizado como lateral izquierdo, y el goleador americanista de gran zancada, Luis Roberto Alves ‘Zaguinho’, pero el primer gran ensayo era participar en la gran justa continental.

México se despachó a todos en Ecuador, hasta llegar a la Final que perdió contra Argentina por un apretado 2-1.

El hecho fue tomado como éxito por los fans nacionales que durante la competición agotaron el merchandising y camisetas tricolores en las tiendas de deportes. Esto obligó a que los federativos tomaran la decisión de un evento inédito, en su retorno al país hicieron un desfile por las principales avenidas de la ciudad para ser ovacionados por la gente como auténticos héroes.

‘ES TU OPINIÓN, VIEJO’

En Estados Unidos 94 el duelo ante Bulgaria fue intenso y anclado en 1-1 desde el primer tiempo, pero hubo un momento, en el alargue, que parecía que se podía eludir la serie de tiros de definición desde el punto penal cuando en ‘la imaginaria’ comenzó a calentar el veterano Hugo Sánchez.

Mejía Barón reconocería años más tarde que no solo tenía pensado meter a ‘Hugol’ sino poner como delantero a Campos, introduciendo a Adrián Chávez bajo el arco, para aprovechar la ambivalencia como goleador del acapulqueño, lo que hubiera significado una locura histórica. Sin embargo, el tiempo marcha inexorable en la zona estratégica a una velocidad que no permite el cálculo. No hizo lo uno ni lo otro. Los búlgaros vencieron desde los once pasos 3-1.

El ‘Pentapichichi’, en apariencia, nunca se lo perdonó, reclamándole en diversas entrevistas posteriores a medios internacionales, de que “nunca le echó ese par de narices” que él mismo le solicitó en la banca.

Al final, Mejía Barón dirigió al Tri hasta 1995 y algunos clubes, incluido Pumas en 2001. Después de un participación académica en Puebla, apareció de manera sorpresiva como asesor técnico de Ricardo ‘Tuca’ Ferretti en los destacados Tigres multicampeones de la última década.

El hombre de 77 años de edad –los cumplió el 6 de septiembre de 2021–, de pensamiento agudo y destreza verbal, que acostumbra a rebotar las peroratas de reporteros con su sencilla expresión: “esa es solo tu opinión, viejo”, vuelve a las huestes universitarias, a devolverle la identidad que parece extraviada por algún lado.

El 7 de septiembre de 2021 fue nombrado vicepresidente de Pumas, quizás el último hombre que sabe cómo rescatar de la lumbre a este equipo. #aVer

Fuentes externas:, Columnas del autor en El Heraldo de México, MedioTiempo.com, y Fan Datos de CID Consultoría

¿Quién es Héctor Quispe?

Periodista y consultor. Dirige CID Consultoría, casa de soluciones en cifras y contenidos enfocados en el fan y su identidad; es MBA en Dirección y Gestión de Entidades Deportivas, por la Universidad Europea de Madrid; tiene la especialidad de Periodismo Deportivo por el Programa Prensa y Democracia de la Universidad Iberoamericana. Coordina el Diplomado de Periodismo Deportivo Digital en la Escuela Carlos Septién García, y da clases en el de Marketing and Communication for Sports Brands, en la Universidad Anáhuac. Su análisis es consultado por diferentes medios en torno a negocios y deporte: Playboy México, Red Forbes, MedioTiempo, Expansión, El País, Fox News, Telemundo, Foro TV y TUDN, entre otros. Es coautor del libro “Cómo hacer Periodismo Deportivo. Una visión Iberoamericana”, y publica esta columna cada jueves en la multiplataforma de Reporte Índigo.

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