Margarita traicionada y la pasarela de Ivonne
Las traiciones perpetradas ayer en contra de Margarita Arellanes tendrá como primera consecuencia la caída de la Mesa Nuevo León.
Esta situación a menos de una semana de la elección por la candidatura a la gubernatura del estado llena de incertidumbre al proyecto de la exalcaldesa regia por llegar a Palacio de Gobierno.
Las derrotas de ayer de Irasema Arriaga y Liz Rosas – amigas de la precandidata del PAN a la gubernatura- no son más que el resultado de traiciones orquestadas por los integrantes de la Mesa Nuevo León que pactaron –se supone- su respaldo a Margarita.
Redes MonterreyLas traiciones perpetradas ayer en contra de Margarita Arellanes tendrá como primera consecuencia la caída de la Mesa Nuevo León.
Esta situación a menos de una semana de la elección por la candidatura a la gubernatura del estado llena de incertidumbre al proyecto de la exalcaldesa regia por llegar a Palacio de Gobierno.
Las derrotas de ayer de Irasema Arriaga y Liz Rosas – amigas de la precandidata del PAN a la gubernatura- no son más que el resultado de traiciones orquestadas por los integrantes de la Mesa Nuevo León que pactaron –se supone- su respaldo a Margarita.
No se entiende –por ejemplo- la victoria tan holgada de Iván Garza en la Alcaldía de Monterrey y que al mismo tiempo Irasema y Liz no hayan ganado los distritos ubicados en este municipio.
Rosas perdió por escasos votos la candidatura por el distrito 7 local con Karina Barrón, impulsada por Judith Díaz y Miguel Ángel García.
Un distrito que es controlado por Alfredo Rodríguez y Juan Carlos Ruiz, ambos panistas afines al senador Raúl Gracia.
Irasema por su parte cayó con Mirna Grimaldo, quien era apoyada por Julián Hernández, actual tesorero municipal de Monterrey.
En el Distrito 5 local perdió Sergio Cavazos, apoyado por el Grupo San Nicolás, en contra de Marco Antonio Martínez, respaldado por Jesús Hurtado, secretario de Ayuntamiento regio afín a Arturo Salinas, coordinador de campaña de Arellanes.
PAN y su mugrero de elección
Hubo acarreos de votantes en taxis, vehículos particulares y hasta en unidades oficiales.
En algunas casillas se denunciaron golpes y amenazas entre los operadores y votantes.
¿Sabotajes? A uno de los precandidatos le cortaron la luz de su comité de campaña para neutralizar su operación.
¿Compra de votos? Por supuesto: en algunos municipios se cotizaron hasta en 2 mil pesos.
Hubo además acusaciones de que votaron panistas que no estaban en el padrón albiazul. Un mugrero en conclusión.
Todo este tipo de prácticas -tradicionalmente priistas- se presentaron ayer en las elecciones internas donde los panistas de Nuevo León salieron a elegir a sus primeros candidatos a las alcaldías y diputaciones locales.
Lo decepcionante es que el panismo ya toma todas estas irregularidades como normales en una contienda interna.
Los neopanistas han llevado la cooptación del voto a un nivel que seguramente don Manuel Gómez Morín nunca se imaginó que lo llevaría incluso el PRI.
Finaliza Ivonne pasarela-cicatriz
La pasarela cicatriz que emprendió la priista Ivonne Álvarez terminó oficialmente ayer con el encuentro que tuvo con Ildefonso Guajardo.
La candidata tricolor a la gubernatura de Nuevo León se reunió en un restaurante de la ciudad con el secretario de Economía y exaspirante a la candidatura priista.
Los dos priistas posaron para la fotografía y Guajardo aseguró que apoyará a Ivonne sirviendo como intermediario con los empresarios regios.
Desde que se confirmó su designación como candidata oficial, Álvarez sostuvo encuentros con los principales aspirantes tricolores: Héctor Gutiérrez, Pedro Pablo Treviño, Cristina Díaz y ayer con Guajardo.
La idea era comunicar con estos encuentros –o fotografías más bien-un mensaje de unidad a los priistas.
Que los priistas compren la historia eso es otra cosa.