Los 49 cuerpos mutilados hallados el domingo en Cadereyta Jiménez pone en evidencia una vez más al gobierno de Rodrigo Medina.
Porque el caso no pasará como desean las autoridades, al baúl de los recuerdos, que es su estrategia de control de daños con miras a las elecciones del 1 de julio.
La versión oficial del domingo, tras la masacre, fue desmentida ayer por una serie de narcomantas en San Luis Potosí y Zacatecas.
Los mensajes son atribuíbles presuntamente al grupo de Los Zetas, quienes hicieron burla de las autoridades.
“El grupo zeta se deslinda de los 49 descuartizados en Nuevo León y les pedimos que antes de echarnos la culpa chequen bien. INVESTIGUEN. Hagan su trabajo como debe ser”, reza uno de los mensajes.
“No sean tontos ni les sigan la corriente, investiguen, nos deslindamos de esos 49 muertos”.
El mensaje fue dirigido al secretario de Seguridad del Estado, general Javier del Real, al vocero de Seguridad Jorge Domene y al Procurador Adrián de la Garza.
Como casi nunca, como rara vez lo hacen, estos funcionarios se apresuraron a responsabilizar a ese grupo delictivo de la matanza.
Pero no fue lo único que hicieron sin prueba alguna.
Ese día también, sin ninguna investigación de por medio, sin ningún resultado de ADN, aseguraron que los torsos encontrados no eran de personas de Nuevo León.
¡Por favor!… Ni los investigadores de CSI.
Además, circuló la versión de que tres de las seis mujeres entre los 49 cuerpos se encontraban embarazadas.
¿Qué dirá ahora el Estado? ¿Negará este hecho?…
¿UN MUNICIPIO FALLIDO?
Eduardo Javier de la Garza es el alcalde de Cadereyta.
Por si creían que en este municipio no había autoridad municipal.
Hace una semana el alcalde pensó que resolvería la inseguridad con designar a un militar como jefe de la Policía Municipal.
Ese día también anunció la llegada de Fuerza Civil que dirige Felipe Gallo.
Y dijo que llegarían militares de la Cuarta Región, del general Noé Sandoval.
Pero la madrugada del domingo el operativo fue burlado: tiraron 49 cuerpos mutilados en San Juan.
Seamos sinceros: ¿No sería conveniente decretar la desaparición de poderes en municipios como Cadereyta?
En el pueblo dicen que el alcalde está más preocupado por la boda de su hija con el candidato del PRI a la alcaldía de Juárez, que por atender el municipio.
QUÉ BONITA FAMILIA…
La magistrada Rosa Elena Grajeda brincaba ayer de alegría y felicidad en el Poder Judicial del Estado.
No era para menos: una de sus hijas, Mónica Janeth Sandoval Grajeda, fue nombrada jueza de un juzgado penal.
La hija de la magistrada seguramente consiguió este logro gracias a su capacidad, dedicación y esfuerzo.
Para nada tuvo que ver que fuera hija de una magistrada del Poder Judicial del Estado.
Y por supuesto, que tampoco nada tuvo qué ver que la magistrada Grajeda haya apoyado a la magistrada Graciela Buchanan para que lograra el año pasado llegar a la presidencia del Tribunal Superior de Justicia.
