Los hijos de la Tele
La corrupción, la trampa y la mentira no se heredan, se aprenden. No es una la causa ni es simple la solución. De momento pienso en la relación –causa efecto- que puede haber entre maestros con conducta de vándalos y ejecutivos que usan material de segunda en carreteras de primera. Pero no solo son los maestros, los papás también educan.
Pablo Mier y TeránLa corrupción, la trampa y la mentira no se heredan, se aprenden. No es una la causa ni es simple la solución. De momento pienso en la relación –causa efecto- que puede haber entre maestros con conducta de vándalos y ejecutivos que usan material de segunda en carreteras de primera. Pero no solo son los maestros, los papás también educan.
Pero además de los papás y los maestros diría Marshall McLuhan, están los medios. El filósofo canadiense a quien se le considera como padre de la comunicación, se ocupó de estudiar la relación de la conducta con el contenido de los medios.
Una de sus frases más famosas y lapidarias fue: “Desde que fueron inventados los medios vienen acompañando y dando soporte al proceso de formación de la identidad y ofrecen patrones de comportamiento y de relación social mediante los que transmiten valores”.
Dicho de otra manera, Lo que ves influye en lo que eres.
Aunque no existe una fórmula matemática que lo compruebe no hace falta mucho seso para encontrar la interconexión entre los contenidos de los medios y las conductas humanas.
Basta pensar como ejemplo en el alto índice de embarazos de adolescentes, en Nuevo León es del 32 por ciento, y en lo que vemos en la pantalla, que si bien no hacen una invitación abierta al coito, promueve conductas que lo fomentan.
Pero la Tele, también lo decía McLuhan, no solo influye en los adolescentes, en realidad no respeta edades. Si por ejemplo, según cifras del Inegi, el número de divorcios hoy es del 17 por ciento, cuando hace 30 años era del 4 por ciento, nadie podrá negar que el tema en la pantalla haya crecido en las mismas o superiores proporciones.
El aumento de otras conductas como narcotráfico, corrupción, fraude, engaño o mentira, vendrá igualmente acompañado de una proporción similar o mayor en la pantalla, y qué decir de las carencias sociales –solidaridad, liderazgo, compromiso, coherencia…- cuando con seguridad fueron carencias antes en la pantalla misma.
No vale afirmar que los medios de comunicación social reflejan las costumbres populares, porque siendo esto real, hay que reconocer que también ejercen una poderosa influencia sobre esas costumbres, y, por ello, tienen el grave deber de elevarlas y no degradarlas…, Televisa, TV Azteca, MVS, Cadena 3 y muchos otros protagonistas de la televisión en México seguro son conscientes de esto, como lo son de que los nativos digitales cada día los buscan menos.
Me quedo finalmente con la frase de Newton Norman Minow, creador de Sesame Street:“Cuando la televisión es buena, nada es mejor. Cuando es mala, nada es peor”.