Los extremos se conectan

No hay duda de que en lo político, Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota son extremos. Si acaso algo los une es su rivalidad con el PRI.

Pero a la hora de entrar en el terreno de la conquista de los votos, parecen tener más cosas en común de lo que muchos imaginan.

Como por ejemplo, el compartir la misma firma de asesores en consultoría estratégica electoral.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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No hay duda de que en lo político, Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota son extremos. Si acaso algo los une es su rivalidad con el PRI.

Pero a la hora de entrar en el terreno de la conquista de los votos, parecen tener más cosas en común de lo que muchos imaginan.

Como por ejemplo, el compartir la misma firma de asesores en consultoría estratégica electoral.

López Obrador vuelve a traer al ecuatoriano Jaime Durán Barba, de la firma IC Partners. Un personaje muy reconocido en el mundo de la consultoría internacional.

Lo curioso es que Vázquez Mota, ante la falta de resultados del español Antonio Solá, reforzó su war room con el consultor chileno Ricardo Solari,  quien fue recomendado por David Meneses.

El detalle es que tanto Solari como Meneses, los de Josefina, trabajan codo a codo en la firma que dirige Jaime Durán, el de Andrés Manuel.

Y sin asumir nada, lo menos que se puede decir es que las estrategias podrían terminar siendo similares. Aunque por lo que vemos, a la candidata panista se le está hacienda bolas el engrudo.

La razón parece muy simple. La confusión que priva en el comité de campaña de Vázquez Mota se debe a que sobran los que dan órdenes y son muy pocos las que las ejecutan y obedecen.

Y para muestra un botón. En el war room azul hay inconformidad por la inclusión de una integrante que no es considerada de la estatura del reto que traen encima.

Y es que resulta que MariJo (María José), la hija de la candidata panista, está de tiempo completo operando en el centro neurálgico de la campaña. Dicen que si de por sí ya sobran los jefes…, ahora tener que ajustar la agenda a las urgencias de familia.

Una buena  para Los Pinos

Hasta hace unos días, Virgilio Bucio era el titular de la oficina de Enlace Federal de la Presidencia de la República.

Su tarea era estar en contacto con los delegados de las distintas dependencias federales. Ahí había trabajo, por supuesto, pero también mucho juego político. Las delegaciones tienen

presupuesto y el presupuesto compra lealtades.

La novedad fue que hace tres semanas, Bucio decidió cabildear entre los delegados para que se movieran a promover en sus entidades la campaña de Josefina Vázquez Mota.

Para él se trataba de un acto de solidaridad y congruencia con su partido. Pero para el presidente Felipe Calderón un acto que le podría traer muchos problemas si le estallaba en las manos. Y mejor cortó por lo sano.

Dos bombas de Peña Nieto

Desde las entrañas del war room tricolor comienza a filtrarse que será cuestión de días para que estallen dos escándalos que peguen en la línea de flotación de Josefina Vázquez Mota.

Dicen que las revelaciones tienen la suficiente potencia para dejar fuera de la jugada a la candidata panista. La discusión hacia adentro es si se detonan antes, durante o después del debate. ¿Será? ¿O vendrá la cosa al revés volteada?

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