Lo amenazaron de muerte. Le dejaban mensajes en su hotel, lo perseguían por las calles. Los taxistas de la Ciudad de México no podían ver ni en pintura a Ulrick Noel que, en octubre de 2012, había cofundado y dirigía Easy Taxi en Latam, un año antes de que llegara Uber a nuestro país.
Fue el primer intento de usar la tecnología para unir la oferta y la demanda de transporte, hacerla más eficiente y más segura. Fue también uno de los más grandes fracasos que recuerda en su larga trayectoria como emprendedor, inversionista, consultor e intrapreneur.
“Creo que uno de los grandes errores fue no haber creado los aliados correctos”, reconoce quien hoy es director general del Insituto de Emprendimiento Eugenio Garza Lagüera del Tec de Monterrey.
Como emprendedor serial, se podría decir que Ulrick es un experto en el tema del fracaso. “Tengo más fracasos que éxitos”, acepta.
De la charla con él para Bar Emprende, pude identificar cinco etapas fundamentales del fracaso que les comparto:
1. El shock. Es el momento en el que, después de años de esfuerzos, angustias y estrés, todo se va por la borda. El proyecto fracasó y no hay más qué hacer que soltarlo, dejarlo ir. Es un golpe directo al ego y a la autoestima.
2. La autoflagelación. Pueden ser unas horas, unos días o varias semanas en las que te invaden la culpa, la frustración y la autocompasión. Es una etapa muy peligrosa porque lleva a la inmovilidad absoluta.
3. El aburrimiento. Después de algunos días de autocompasión viene el hartazgo. “El fracaso es aburrido per se porque uno no se puede estar teniendo lástima a sí mismo por mucho tiempo”, dice Ulrick.
4. El regreso. Cuando te aburres de compadecerte a ti mismo, viene la acción. Es un momento para hacer una ‘autopsia’ a fondo del fracaso, para revisar qué funcionó, qué falló y qué aprendiste. Con eso claro, lo que sigue es enlistar las opciones o caminos que se abren enfrente para seguir o para empezar con algo nuevo.
5. El éxito. Para llegar a esta fase a veces es necesario pasar las cuatro anteriores varias veces. Es un hecho. Pero tarde o temprano, si de verdad aprendes del fracaso y lo capitalizas, lograrás un gran éxito.
“Una vez que se ha detectado un fallo, es esencial ir más allá de las razones obvias y superficiales para comprender las causas fundamentales”, dice Amy C. Edmondson en un artículo de Harvard Business Review.
Ulrick tiene como propósito hacer de todo México uno de los mejores lugares del mundo para emprender, y sabe que aprender del fracaso es necesario para hacer crecer esta cultura emprendedora en el país.
Por eso, dice que “al fracaso hay que agarrarlo, sentirlo, disfrutarlo de alguna manera, y luego tomar perspectiva para ver qué hacemos”.
Para Amy C. Edmonson, el futuro de los equipos y de las empresas depende de lo que hagan con los errores: “Los que atrapen, corrijan y aprendan del fracaso antes que otros tendrán éxito. Los que se revuelquen en el juego de la culpa no lo harán.”
Genaro Mejía es periodista digital y de negocios con más de 20 años de experiencia y LinkedIn Top Voices 2019