Lo más importante, ¿la comida o el servicio?
Quisiera que a través de este artículo usted como lector y cliente de restaurantes obtenga su propia conclusión... yo ya tengo la mía.
Lo mas probable es que usted ya tenga una respuesta en mente, e imagino que esa es “la comida”.
Voy a compartir dos comentarios que hace poco escuché sobre experiencias en restaurantes:
1. “Muy rica la comida, las bebidas tardaron mucho en llegar a la mesa, los platillos a destiempo y la cuenta también tardó... el mesero nos tenía un poco olvidados.
Karina BarbieriQuisiera que a través de este artículo usted como lector y cliente de restaurantes obtenga su propia conclusión… yo ya tengo la mía.
Lo mas probable es que usted ya tenga una respuesta en mente, e imagino que esa es “la comida”.
Voy a compartir dos comentarios que hace poco escuché sobre experiencias en restaurantes:
1. “Muy rica la comida, las bebidas tardaron mucho en llegar a la mesa, los platillos a destiempo y la cuenta también tardó… el mesero nos tenía un poco olvidados.
Lo más seguro es que no volvamos a este restaurante, aunque la comida estuvo rica”.
2. “La comida está bien, nada del otro mundo, pero llego y el valet parking ya me conoce. En el restaurante ya saben la mesa que me gusta y me saludan por mi nombre. Aquí regresaremos sin duda alguna”.
En el primer caso, un mal servicio hace que le pongamos “la cruz” a un restaurante y que probablemente jamás volvamos.
Además, según sea el grado en que nos sentimos ofendidos, nos encargamos de hacérselo saber a nuestros amigos y conocidos.
En el segundo caso, el cliente es reconocido y se SIENTE en un lugar al cual pertenece, en un ambiente amigable y en medio de gente conocida que lo cuida y ve por su bienestar durante su estadía.
Recuerdo una muy mala experiencia en París, fue hace 10 años y me sigo acordando…
El restaurante fue “Le Taillevent”, éramos cinco personas, el lugar tenía muy buena cocina, pero los meseros se encargaron de hacernos sentir menospreciados. Una actitud completamente pedante.
Otra mala experiencia de servicio fue, hace unos años, en el restaurante “Per se” en Nueva York.
El capitán de meseros era oriental, lo recuerdo muy bien. Se equivocó en varias ocasiones al dejar los platillos en la mesa, la comida rica, los postres, espectaculares.
Pero lo desagradable fue, que este capitán nos puso la cuenta en la mesa sin que la pidiéramos, ¡nos corrió!
A estos dos lugares, les puse “la cruz”.
¿Por qué sucede esto? Porque somos seres humanos, con emociones y sentimientos.
Cuando se recibe un mal servicio en un restaurante se hieren sentimientos, se hace SENTIR mal al cliente.
Se pueden tener errores durante el servicio.
Pero, ¿qué hicieron los meseros? ¿Se preocuparon por mi? ¿Me pidieron disculpas? ¿Me dieron alguna cortesía por mi malestar? ¿Me escucharon amablemente cuando les expresé mi inconformidad? ¿Fueron empáticos con mis sentimientos de frustración y enojo?
Por otro lado, nadie va a un restaurante solo por su buen servicio, pero tampoco queremos comer mal.
Pienso que la importancia de un restaurante reside en el balance entre la comida y el servicio.
Sin embargo, me queda claro que yo sí perdono una comida mediocre, pero no un mal servicio.