Líderes del sindicalismo oficial convertidos en lastre nacional
La semana anterior, en este mismo espacio al hacer referencia a lo malo y a lo peor del sistema político mexicano, propusimos un Oscar a Elba Esther Gordillo y a Carlos Romero Deschamps, por la película “Los Imperdonables”.
Los hechos del martes 26 de febrero, que el papel estelar estuvo a cargo de la maestra chiapaneca, confirman el asunto de “Los Imperdonables”.
El FaraónLa semana anterior, en este mismo espacio al hacer referencia a lo malo y a lo peor del sistema político mexicano, propusimos un Oscar a Elba Esther Gordillo y a Carlos Romero Deschamps, por la película “Los Imperdonables”.
Los hechos del martes 26 de febrero, que el papel estelar estuvo a cargo de la maestra chiapaneca, confirman el asunto de “Los Imperdonables”.
Sobre este tremendo caso, del tremendo juez, de la tremenda corte, no pocos han hablado de una persecución política, de un ajuste de cuentas, o venganza, y no de la simple aplicación de la justicia, por tanto abuso, inmunidad e impunidad, que distinguieron durante 24 largos años a la señora Gordillo Morales.
Por lo que haya sido, hoy la profesora ha pasado, por cuestiones de salud, de Santa Marta Acatitla al penal de Tepepan.
Esto quiere decir, que donde haya abuso del poder, impunidad e inmunidad, la espada de Damocles debe caer. Eso sí, en México no se debe dar el salto de la impunidad a la aplicación de la justicia a discreción, que son tan dañinas para la certidumbre de una sociedad que padece miedo y pavor por ambas cosas.
El punto en todo ello, los momentos que han robado la atención de la opinión pública nacional (caso Elba Esther), tienen un origen, el que podría llamarse uno de los Pecados Capitales del sistema político mexicano.
El Primer Pecado Capital es Joel Ayala Almeida, dirigente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, FSTSE, desde 1998, quien apenas el 13 de febrero pasado fue reelecto al frente de ese gremio para otro periodo.
Así, el Congreso Nacional Ordinario de esta central burocrática lo “quiere” para el lapso 2013-2019, para lo cual Ayala Almeida se “sacrificará” estoicamente.
Sobre Ayala Almeida, dicen que su exchofer Catarino Rodríguez, sabe mucho sobre el pago de la obra pública del SNTSSA, porque para esto eran extendidos cheques a nombre de Catarino.
Aquí vale recordar el enfrentamiento sindical entre Elba Esther y Ayala Almeida, desencuentro iniciado por las amenazas de la maestra de sacar al SNTE de las filas de la FSTE, medida que disminuiría los recursos financieros de la FSTSE en cerca del 60 por ciento.
Al cumplir esta promesa o amenaza, Elba Esther, además del SNTE, “jaló” a otras 12 organizaciones, entre las que se encontraban el Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo del DF y demás asociados, con ellos fundó la Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos. Esta acción arrebató de la FSTSE el control de más del 70 por ciento de burócratas en el país.
Otro de este tipo de males es Carlos Romero Deschamps, dirigente inventado por el priismo del siglo XX, quien gracias a su “buena” conducta sirve para lo que fue creado y, en consecuencia, puede vivir como rey gracias a las cuotas sindicales y al dinero que sale de las arcas de Petróleos Mexicanos.
Hace 13 años Romero Deschamps, Francisco Labastida Ochoa y Eduardo Bours, se vieron envueltos en graves irregularidades al manejar miles de millones de pesos procedentes de Petróleos Mexicanos (Pemex), y no pasó nada.
Joaquín Gamboa Pascoe (“a mí nunca me verán en huaraches”), como dirigente de los trabajadores del Distrito Federal, vivió bajo el cobijo de Fidel Velázquez. Hace años fue acusado de saca-dólares, latifundista urbano y contrabandista; hoy está bajo la sombra que Fidel Velázquez dejó en la Confederación de Trabajadores de México.
Víctor Flores Morales, dirigente de los ferrocarrileros desde hace 18 años, es otro de los pecados capitales de la política nacional. La estela de corrupción y el alto nivel de vida de este septuagenario “líder”, confirman que la justicia en México recuperó la vista.
Que nadie supo, cuando ocurrió el milagro que la justicia ya puede ver y, de esta manera, escoja a los que en su momento puedan ser objeto de la balanza y la espada justicieras.
Ni duda, el sindicalismo oficial se ha convertido en un lastre nacional.