Si se trata de escribir un cuento político, tal vez valdría la pena redactar un cuento electrónico, uno muy propio de nuestros días.
Comencemos por suponer que fuera posible revivir a una persona que hubiera fallecido 20 años atrás. ¿Correcto…? Entonces, dentro de este presente capítulo de fantasías imaginemos la expresión de su rostro cuando el muerto, “ya revivido”, escuchara en voz de sus familiares o amigos la siguiente expresión que, sin duda, lo dejaría patidifuso: Si quieres ir al concierto de One Direction usa tu e-mail y baja una app de la App Store para poder comprar los boletos en Ticketmaster con tu teléfono celular…
¿Qué tal? ¿Qué hubiera entendido? Ni una palabra, ¿verdad? A esa sorprendente velocidad se modernizan la tecnología y el lenguaje. Ahora bien, así podría continuar la conversación mientras el “revivido” quisiera volver a morir de espanto: –Ya no tengo crédito en iTunes, no puedo bajar el tal app, ¿qué hago? -Pues compra una tarjeta de iTunes de 200 pesos, canjéala en tu iPad, en tu laptop o en tu smartphone y ya estás… Ya que descargues la app pásalo al USB para vaciarlo en tu compu de escritorio y que puedas imprimir los boletos… Ahora bien, si no tienes impresora, usa el Wi-Fi o 3G para mostrar el código de barras en tu cel sin necesidad de imprimir los boletos.
¿Más? ¿Qué tal este siguiente caso? Ayer estaba mi hermana en Nueva York y me mandó por WhatsApp un video mientras contemplaba la vista desde el último piso del Empire State Building en el mismo momento en que ella se encontraba ahí. Pudimos hablar gratis por FaceTime viéndonos las caras. Luego le mandé a su correo electrónico una serie de recomendaciones, en realidad links de restaurantes para que los abriera y, después de ver el lugar en la pantalla pudiera reservar si los menús leídos en su teléfono le llamaban la atención. Le dije que para llegar más rápido bajara la ruta por Google Maps o por Waze para evadir el tráfico, pero que le convenía comprar un celular desbloqueado, un unlocked smartphone, para que pudiera colocar una sim card y no tener que pagar los gastos tremendos del roaming que cobran las compañías telefónicas mexicanas.
Claro que ahora ya se pueden comprar libros electrónicos, los e-books a través de amazon.com y es posible leerlos en el iPad o en el kindle que ya tienen diccionario electrónico incorporado, además de poder “googlear” todas aquellas dudas que surjan de la lectura.
Si te metes en questia.com puedes leer hasta 50 mil libros digitalizados a título gratuito y escuchar al mismo tiempo tu música favorita en Spotify. ¡Ah!, se me olvidaba, a través de Facebook o Twitter puedes localizar a muchas personas y entrar en contacto con ellas o hacer muchas operaciones bancarias por medio de tu celular sin salir de tu casa…
Es evidente que, con el paso del tiempo, nos hemos adecuado a esta terminología moderna, ciertamente impensable tan solo 20 años atrás. ¿Cómo será el mundo en los siguientes 20 si la tecnología nos atropella minuto a minuto, ya no se diga día por día, para ya ni hablar de año por año…?
Por lo pronto les deseo a mis dos lectores un año nuevo lleno de amor, de salud y de sonrisas. Espero que el 2014 nos traiga a los mexicanos la prosperidad con la que merecidamente soñamos.