Leer: un placer inalcanzable entre los dedos
La generación de nuestros días es conocida por su habilidad con la tecnología y las computadoras, su determinación, sus ganas de ser independientes y también, por desgracia, por su poco rango de atención. Y es que si se ve desde un punto de vista objetivo, es lógico. El teléfono inteligente arroja muchos estímulos al cerebro: […]
Santiago GuerraLa generación de nuestros días es conocida por su habilidad con la tecnología y las computadoras, su determinación, sus ganas de ser independientes y también, por desgracia, por su poco rango de atención. Y es que si se ve desde un punto de vista objetivo, es lógico. El teléfono inteligente arroja muchos estímulos al cerebro: llamadas, mensajes de texto y notificaciones de redes sociales, entre otras. Un parque de diversiones con múltiples atracciones. Parece el paraíso, pero eso puede afectar a la larga.
Como ya había escrito en otra ocasión, el extenso abanico de opciones puede provocar un dolor de cabeza, porque se quiere ver de todo en poco tiempo; sin embargo, eso afecta de forma significativa el tiempo en el que prestamos atención a las cosas.
Mediante un estudio elaborado por Microsoft se detectó que desde el 2015, el rango de atención ha disminuido de 12 a ocho segundos. Cada vez es más difícil retener la concentración en una tarea, sobre todo, si se tiene el celular a un lado.
Sin embargo, nada ayuda más a desconectarnos de las pantallas que un buen libro. Novelas, biografías, investigaciones periodísticas, libros de arte, cómics….existe una extensa cantidad de sabores y colores para descubrir en las librerías. Vaya, incluso está presente la opción de adquirir dichos placeres desde el celular o la tableta electrónica. Aunque no es lo mismo, el conocimiento, así como los aprendizajes inconscientes, son igualmente particulares. Además, por obviedad, es más práctico. No se debe cargar ni se maltrata.
Existen varias plataformas capaces de brindar el placer de la lectura a nuestras manos. Entre las más populares está Kindle, con un inmenso catálogo de títulos de cualquier género, o iBooks, con la cual puedes tener acceso directo a otros tantos.
Incluso, existen formas más sencillas de compartir textos mediante PDFs en Internet. Los maestros acostumbran mandar las lecturas a sus alumnos de esta forma para no complicarlos más.
Aparte de eso, la tecnología aporta sitios encargados de recomendar y sugerir, o de plano desbancar a otros textos. Goodreads es una red social cuya especialidad son los libros. Los usuarios se conectan, van rellenando un historial de sus lecturas y, si lo desean, publican una crítica extensa al respecto. Puede funcionar para los lectores primerizos o para quienes, como yo, se muestran indecisos al presenciar tantos libros y prefieren algo que los guíe en torno a una buena lectura.
Beek es otra alternativa interesante, porque consiste en la venta de audiolibros y las reseñas se hacen con los emoticones del celular, para no adelantar nada sobre las tramas y personajes que se ocultan detrás de las páginas.
Por infortunio, leer no es tan sencillo como parece. Como dice el texto “Los beneficios de leer”, de la revista Muy Interesante, “leer es una actividad antinatural en el ser humano, pues nuestro cerebro no está acostumbrado a mantener su atención fija sobre un punto durante mucho tiempo: enseguida tiende a despistarse ante cualquier nuevo estímulo”.
Se prefiere Netflix o YouTube, en general, para consumir contenido desde el Internet. Debido al cansancio, la falta de tiempo o el déficit de atención entre la generación actual, es más cómodo para los internautas relajarse viendo un video a optar por hacer más esfuerzo leyendo. El impulso podría ser mayor, pero también la recompensa.
Es momento de intentarlo. La televisión tiene también sus beneficios, aunque complementado con una buena lectura las personas pueden enriquecerse de modos distintos. Pueden desarrollar la imaginación, mejorar el lenguaje, entrenar al cerebro y provocar mayor concentración en nuestras tareas.
¿Qué esperamos para dejar a un lado el face y comenzar a leer?