Las mentiras minan el diálogo y la confianza
Cuando no se honra la palabra, todo el escenario se vuelve complejo. Las declaraciones del coordinador parlamentario del grupo mayoritario en el Senado, Ricardo Monreal, son desafortunadas e inoportunas por tratarse de una burda mentira, jamás estuvimos ni estuve enterada de dónde sería la sede alterna para la sesión ilegal del pasado viernes 28 de […]
Josefina Vázquez MotaCuando no se honra la palabra, todo el escenario se vuelve complejo. Las declaraciones del coordinador parlamentario del grupo mayoritario en el Senado, Ricardo Monreal, son desafortunadas e inoportunas por tratarse de una burda mentira, jamás estuvimos ni estuve enterada de dónde sería la sede alterna para la sesión ilegal del pasado viernes 28 de abril.
Lamento la pérdida de memoria del senador Monreal, y repruebo su capacidad de sostener hechos que no sucedieron. Yo nunca tuve una reunión paralela con él ni ajena a las reuniones de la Junta de Coordinación Política, y por supuesto, jamás me comunicó que sesionarían en una sede alterna; muchos menos, que sería en la Antigua Casona de Xicoténcatl.
Hoy me permito tomar este espacio para precisar que cuando nos enteramos de que se reunirían en Palacio Nacional con el Presidente, desconocíamos si sesionarían ahí, aunque horas más tarde supimos que habían ido a recibir órdenes.
Lamento que con el afán de justificar las ilegalidades cometidas en la sesión del viernes pasado, sostenga mentiras que lo llevan a perder la capacidad de negociación y de acuerdos con el bloque opositor, además de que no honró su palabra en el nombramiento del nuevo comisionado del Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
Es vergonzoso que, a través de mentiras, pretenda construir situaciones falsas y, con ello, desviar la atención a lo informado en los medios de comunicación sobre la alteración de las votaciones a la hora de desaparecer el Conacyt y de extinguir Financiera Rural, o la legalidad de las firmas de senadoras; así como la toma de protesta a una suplente cuando la senadora titular está en funciones representando al Senado en una comisión en Europa.
Desafortunadamente, tras estás actitudes y afirmaciones falsas, se pierde la capacidad de diálogo al interior de la Junta de Coordinación Política, lo que provoca una crisis parlamentaria.
Hoy es indispensable reflexionar en la civilidad política que logramos construir en el Senado, y que con estas actitudes se ve minada, pues hoy la confianza está dañada y lastimada frente a esta narrativa que no corresponde en absoluto a la realidad.
Vienen tiempos de decisiones fundamentales para el Senado, sobre todo, por lo que la Cámara alta representa para el país y porque, en estos tiempos de polarización y confrontación, lo que menos necesitamos son mentiras.
Mi grupo parlamentario y yo seguiremos esforzándonos en los acuerdos, pero también denunciaremos todo lo que es falso y daña la credibilidad de las instituciones.