Las fichas de Téllez
El movimiento fue tan bien recibido que pocos miraron al remitente. Casi natural le salió promover a un Gustavo Hernández cuya cercanía estaba enraizada tiempo atrás, pero que hoy es tan sólida como en los primeros días.
Posteriormente se encaminó en contra de los enclaves que el salinismo conservaba en primera fila. El otrora causante de temblores tiene tantos frentes que atender, que ya prefiere entregar alfiles a dar batalla.
Dio cuenta entonces de Francisco Rojas y puso a otro suyo, que parece de ahora, pero es de antes, Enrique Ochoa.
Gabriel Reyes OronaEl movimiento fue tan bien recibido que pocos miraron al remitente. Casi natural le salió promover a un Gustavo Hernández cuya cercanía estaba enraizada tiempo atrás, pero que hoy es tan sólida como en los primeros días.
Posteriormente se encaminó en contra de los enclaves que el salinismo conservaba en primera fila. El otrora causante de temblores tiene tantos frentes que atender, que ya prefiere entregar alfiles a dar batalla.
Dio cuenta entonces de Francisco Rojas y puso a otro suyo, que parece de ahora, pero es de antes, Enrique Ochoa.
Sus relaciones con Sempra nunca han marchado mejor, día con día, va ganando terreno en el gabinete legal y ampliado, sin que lo perciban los que supuestamente llevan las riendas.
Pero ahora, el neozedillismo se ha propuesto una meta de caza mayor, van por la SHCP. Los comentarios soto voce que realizan en reuniones de empresarios influyentes –nacionales y extranjeros- tienen un buen guión del cual no se apartan. Cada día minan con su pesimismo las perspectivas de crecimiento y endilgan la responsabilidad a los manejadores de las finanzas públicas.
Los premios de revista se quedan en la foto, pero la estrategia que vienen desarrollando las huestes de Téllez desde las entrañas del sector financiero tienen un objetivo muy claro, el estar cerca de los ricos y famosos, después de las intermedias, para ofrecer alternativas.
Sin embargo, dentro de ese grupúsculo, han comenzado a surgir desavenencias que trasminan al exterior. Téllez tiene como claro candidato a Carlos Ruiz Sacristán, en tanto que el Dr. Z tiene su preferencia puesta en Santiago Levy.
En ambos casos los proponentes sugieren como moneda de cambio al Seguro Social, diciendo que es un enorme reto que está a la altura del que no sea llamado al gabinete.
Pero el Dr. Z tuvo que dejar la sombra, para formalizar su coincidencia de intereses con el Citigroup, particularmente en lo que hace al campo de las utilidades que le corresponde proteger. Ya claras quedan sus ramificaciones al sector ferroviario, del que se “ocupó” desde los Pinos, pero ahora está obligado a fortalecer los negocios que se quedaron descobijados, mostrando la falta de reservas en el banco de casa.
Ahora Téllez quiere la camiseta de líder, dejando la segunda posición a su otrora jefe. Los servicios prestados a su grupo no pueden ser reprochados, ya que como a Bartlett, también a la bolsa se le cae el sistema y se le descomponen los comités.
En las mesas de los analistas y operadores del mercado, parece que se hacen inocentes remembranzas de tiempos pasados, pero son claras comparaciones que tienen como objetivo dejar mal parados a los que están en las carteras. El objetivo se ha cumplido, el ambiente de desconfianza a los pronósticos económicos no puede ser mayor.
La silente rebatinga en Acapulco, no fue pública, pero sí sonora.