Laura Bozzo, conductora del polémico talk show “Laura”, condenado por algunos por supuesta falta de veracidad en los casos que presenta, y atacado por otros porque aseguran caricaturiza las historias de sus panelistas, presentó ayer la fundación Laura Ayuda.
De acuerdo con el portal de noticias esmas.com, plataforma web de Televisa, la presentadora “continúa dando seguimiento a sus labores de apoyo a los damnificados por el paso de los huracanes ‘Ingrid’ y ‘Manuel’”.
En el mismo comunicado, la televisora se desliga del proyecto que encabeza Bozzo: “El establecimiento constituido por un grupo de mexicanos, está totalmente desligado de Fundación Televisa, pues esta vez es una iniciativa propia”.
Según palabras de la misma Laura, “el objetivo principal (de su fundación) será enfocarse en la ayuda de familias que aún viven en albergues o campamentos y, en general, auxiliando a quienes más lo necesiten”.
En la conferencia, realizada ayer en el hotel Four Seasons de la Ciudad de México, la conductora prometió que trabajará hasta reconstruir todo lo que se destruyó en el estado.
¿Una fundación creada por Laura Bozzo, para “ayudar” a los damnificados de Guerrero? ¿Es en serio? O es parte del guión de un talk show, en el que la también abogada peruana se transforma en su álter ego, un panelista de su propio programa que encara toda clase de injurios con tal de “ayudar” a los demás.
Aunque se pudiera otorgar el beneficio de la duda a un aparente esfuerzo altruista como el que se describe anteriormente, nos encontramos con un texto publicado en El Universal, fechado ayer, en el que la reportera Erika Monroy describe el regreso de Bozzo a Coyuca de Benítez, después de la controversia por supuesto uso de recursos públicos.
La crónica titulada “El show de la tragedia” describe como esta ciudad, ubicada en la Costa Grande de Guerrero, una de las más afectadas por el huracán “Manuel” en septiembre pasado, no cuenta con agua potable, ni drenaje, pero sí con un centro de cómputo con 10 ordenadores donados por “la señorita Laura”.
Monroy dibuja a una pobladora de Coyuca pidiendo al equipo de producción un televisor que se perdió en la inundación, a un niño preguntando a su madre si alcanzará bolsa de útiles y a otros coyuquenses tratando de hablar con la presentadora para exponer sus “casos”.
Según la reportera, Laura Bozzo regaló despensas y útiles escolares, recibió presentes de los pobladores, se tomó foto con ellos, escuchó algunas historias, anotó nombres y ordenó a gente de su staff darles seguimiento, para después de tres horas, subirse en su transporte y regresar.
¿Qué busca Bozzo con estas acciones? ¿En verdad cree que llevar útiles y despensas y tomarse una foto es ayudar a esas personas? Difícil, la conductora es demasiado inteligente para suponer algo así.
Ayer, en la presentación de su fundación Bozzo afirmó: “Soy loca, impulsiva, a veces digo burradas, a veces me equivoco, pero el amor por la gente no lo pueden cuestionar”, y sentenció: “¿Cuál es la mejor forma de ayudar? Es ser Laura Bozzo”.
Yo creo que ayudar es un acto de bondad, es una bella acción, y cito al escritor James Thurber: “las cosas bellas no requieren atención”.