La última barrera de Syd
Cualquier texto de Syd Field es imprescindible en el librero de todo escritor que aspire a realizar un guión bajo el estándar hollywoodense.
Tal vez Derbez lo tiene como libro de cabecera. Aunque dudamos que Quentin Tarantino, Guillermo Arriaga o Pedro Almodóvar, lo siguieran al pie de la letra, seguramente conocen y reconocen su trabajo.
Juan Carlos AltamiranoCualquier texto de Syd Field es imprescindible en el librero de todo escritor que aspire a realizar un guión bajo el estándar hollywoodense.
Tal vez Derbez lo tiene como libro de cabecera. Aunque dudamos que Quentin Tarantino, Guillermo Arriaga o Pedro Almodóvar, lo siguieran al pie de la letra, seguramente conocen y reconocen su trabajo.
Field nació en Hollywood California, en 1935. Mientras estudiaba literatura en la Universidad de Berkeley, el famoso director y guionista Jean Renoir (“Madame Bovary”) le sugirió que se matriculara en la escuela de cinematografía de la Universidad de Los Ángeles.
Aunque trabajó durante una temporada como escritor independiente de guiones, no consiguió éxito ni reconocimiento.
Para mantenerse, trabajó en la empresa Cinemobile Systems. Ahí, como jefe del Departamento de Historias, tenía que leer en promedio, tres guiones al día, así que en dos años ya había revisado más de dos mil guiones.
Como guionista le nació la curiosidad de investigar qué hacía que unos guiones fueran mejores que otros. Todas sus conclusiones las vació en un modelo, paradigma o diagrama.
Específicamente propone que toda obra dramática puede dividirse en tres actos: El planteamiento, que abarca las primeras 30 páginas, al final de las cuales ocurre el primer nudo dramático. La confrontación, que se desarrolla a lo largo de 60 cuartillas, en las cuales ocurre un segundo nudo dramático, y la resolución, que abarca las 30 páginas finales, en las que hallamos la solución al conflicto, es decir, el escritor revela cómo termina su historia.
Con los años, los textos de Syd Field se tradujeron a 23 idiomas y se han usado en más de 400 universidades en el mundo.
Syd Field colaboró en cintas como: “Y tu mamá también” de Alfonso Cuarón, “Mejor Imposible” de James L. Brooks, “American History X” de Tony Kaye y “Cuando un hombre ama a una mujer” de Rolland Joffe.
Fue consultor especial de guiones para 20th Century Fox, Disney Studios, Universal y TriStar Pictures.
Se hizo famoso gracias a “Screenplay” publicado en 1979. Siguieron títulos como: “The screenwriter’s workbook” (1984), “Selling a screenplay: The screenwriter’s guide to Hollywood” (1989), “Four screenplays: Studies in the American screenplay” (1994), “The screenwriter’s problem solver: How to recognize, identify, and define screenwriting problems” (1998).
“Going to the Movies: A personal journey through four decades of modern film” (2001) y “The definitive guide to screenwriting” (2003).
James Cameron (“Terminator”, “Titanic”, “Avatar”), Frank Darabont (“Cadena perpetua”, “La milla verde”) han reconocido la influencia de la obra de Field.
Hace unos meses tuvimos entre nosotros a Syd, tuvimos la fortuna de conocerlo y conversar con él, pues vino a México a la Cumbre de guionistas 2012.
Mantuvo cautivos a propios y extraños de la industria, sobre todo a muchos guionistas de televisión, incluso más que a los escritores de cine.
Dijo, entre otras cosas, que esperaba un cine dinámico, interesante y sustancioso en México, que cruzara barreras.
En este agonizante 2013, “Heli” y “No se aceptan devoluciones” las cruzaron.
El mismo Syd Field, gurú de los guionistas de Hollywood, cruzó su última barrera el 17 de noviembre pasado. Pero queda su legado en tres tiempos: creación del ecosistema dramático, planteamiento del “problema” y desenlace; el suyo fue rápido y en paz.