El escenario geopolítico en el Medio Oriente es complejo, un terreno en el que la política, la religión, la adversidad y el humanismo chocan constantemente y hoy en día, especialmente en la franja de Gaza.
En medio de este crisol, se destaca una figura insustituible: el personal de salud en la franja de Gaza que, enfrentando desafíos monumentales se mantienen firmes en su vocación. Trabajan en un sistema fragmentado, lidiando con obstáculos políticos, como el control de Hamás en Gaza, y restricciones de movilidad impuestas por Israel.
Aun así, no ceden. Están al frente, a menudo con recursos escasos y en circunstancias extremas, ofreciendo atención vital a su comunidad.
Ghassan Abu-Sittah, prominente cirujano plástico y reconstructivo del hospital Al-Shifa (el más grande de Gaza) personifica a los profesionales de salud que día a día sufren de un sistema de salud que “se está cayendo a pedazos”.
Ante la saturación de pacientes en el hospital Bautista Al-Ahli, el cirujano Ghassan acudió a auxiliar a sus colegas de este nosocomio. Después de una ardua jornada de trabajo, decidió quedarse a dormir en el hospital para que después de descansar un poco, a la mañana siguiente continuar operando a decenas de pacientes que lo necesitan. Su sueño fue interrumpido por el sonido de un misil y luego una gran explosión que impactó directamente en el hospital.
“Estoy ileso, pero esto fue una masacre contra un hospital”. “Enfermeras y médicos incorpórense a cualquier hospital al que tengan acceso. Solo dejen el trabajo para asegurarse de que sus familias tengan lo que necesitan y luego regresen a trabajar. Con asombro y admiración por los profesionales de la salud en Gaza.” publicó en sus redes sociales.
Palestina -compuesta por Cisjordania, Jerusalén del Este y Gaza- presenta un sistema de salud bajo tensión. Las estadísticas ilustran parte de la historia. Con una esperanza de vida en Gaza de 75 años para las mujeres y 72.5 años para los hombres, contrasta notoriamente con los 85 y 81 años en Israel. Además, la probabilidad de muerte por enfermedades no transmisibles en Gaza es del 26.7 por ciento, comparado con un 8.8 por ciento en Israel; mientras que la tasa de mortalidad infantil en menores de cinco años es de 14 por cada mil en comparación con cuatro por cada mil de Israel.
El Sistema de Salud en Palestina está fragmentado. El Ministerio de Salud de Palestina es el encargado de brindar la salud pública junto con la agencia de la ONU para refugiados palestinos (UNRWA) y ONG’s como Médicos sin Fronteras, y una parte minoritaria de medios privados (en la franja de Gaza existen dos hospitales privados) son los encargados de dar atención a 6 millones de palestinos.
El reciente conflicto bélico agudizó la ya delicada situación del sistema de salud palestino. Sin embargo, el personal de salud en Gaza, lejos de rendirse, redoblan esfuerzos. A pesar de las adversidades atienden a los heridos, buscan suministros y en ocasiones, reconstruyen infraestructuras médicas con sus propias manos.
Debemos evitar pasar por alto los desafíos estructurales que enfrenta el sistema de salud palestino. La dependencia de organismos internacionales y ONG’s para la provisión de servicios es una realidad, y la autonomía médica es un deseo lejano en este contexto. Pero, a pesar de todo, el espíritu del personal de salud palestino no se doblega. Su resiliencia es un recordatorio del poder indomable del espíritu humano.
El personal de salud, en su labor diaria, nos muestra que la medicina no es solo una ciencia, sino un acto de valentía, compasión y compromiso. En un mundo lleno de incertidumbres, su dedicación es una constante que ilumina, inspira y desafía.
Con admiración por los profesionales de la salud en México y en especial por los de Gaza.