¿La regaste? ¡Qué bueno!
¿Qué haces cuando te equivocas, cuando fracasas? ¿Lo niegas, lo escondes o lo miras como una gran oportunidad de aprender y ser mejor? Esta semana te cuento la historia de Adolfo Ferrer, fundador de Liks, una startup que revoluciona la educación y forma a los líderes del futuro fracasando, aprendiendo y celebrando sus errores. Adolfo […]
Genaro Mejía¿Qué haces cuando te equivocas, cuando fracasas? ¿Lo niegas, lo escondes o lo miras como una gran oportunidad de aprender y ser mejor?
Esta semana te cuento la historia de Adolfo Ferrer, fundador de Liks, una startup que revoluciona la educación y forma a los líderes del futuro fracasando, aprendiendo y celebrando sus errores.
Adolfo empezó desde muy chico dando clases de matemáticas a otros niños que, como él, odiaban memorizar las tablas de multiplicar o aprender nombres de personajes históricos.
Desde sexto de primaria ingresó a un club de robótica y participó en diversas competencias, eso avivó su inquietud por hacer cosas diferentes. A los 18 años creó un club de tareas, con el fin de preparar a los niños para las competencias de robótica con una visión más práctica.
En 2015, tres de sus alumnas ganaron un concurso mundial de robótica con la simulación de un viaje espacial a la Luna, vinculado a la astronomía maya. Descubrió que era momento de investigar sobre nuevas formas de aprender. Aplicó a varios programas educativos a nivel mundial para conceptualizar su propio modelo.
Así creó Liks, un sistema educativo donde los estudiantes “pueden balancear su talento natural con su pasión personal”, comenta.
“Si el mundo cambió, la educación tiene que cambiar”, dice. Se trata de que con la curiosidad y la imaginación se empodere a los niños, que ellos sean los protagonistas del aprendizaje y se conviertan en mini project manager, guiados por mentores.
Su modelo educativo está basado en dos tendencias educativas, maker y STEAM, un aprendizaje por competencias que incentiva la resolución de problemas, que desarrolla las habilidades en ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas, en donde el emprendimiento y la innovación son fundamentales.
Gracias a alianzas con fundaciones, gobierno, organizaciones y escuelas, han impactado a más de 18 mil niños en México y Estados Unidos.
Después de 10 años, justo antes de la pandemia, Liks inició su modelo escolarizado para prepa “enfocado en que los chavos pudieran construir su startup y funcionó”, cuenta. La situación educativa les permitió integrar primaria y secundaria con presencia en 17 ciudades del país.
Aunque se han enfrentado a varios cuestionamientos sobre sus métodos de enseñanza, Adolfo y su equipo celebran los errores, pues el fracaso es parte del proceso de aprendizaje. “Porque si no preparamos a los niños a fracasar no se van a aventar a hacer las cosas, debemos tener niños valientes que tengan esa conciencia de crear.”
Ya sé que fracasar duele porque es un resultado que no quisieras para un proyecto u objetivo por el que trabajaste duro. Pero cometer errores es tan humano como respirar. No hay por qué negarlos o borrarlos. ¡Mejor celebra cuando te equivocas porque quiere decir que te estás moviendo, que estás probando cosas nuevas, que no estás en tu zona de confort!
La gente más exitosa del mundo en cualquier área llegó a la cima cometiendo muchos errores y fracasando mucho. Así que si la regaste, ¡qué bueno!
Genaro Mejía es periodista digital y de negocios con más de 20 años de experiencia y LinkedIn Top Voices 2019