“La educación es el arma más
poderosa que puedes usar
para cambiar el mundo”
Nelson Mandela.
La forma en la que las niñas y los niños se desenvuelven durante su Primera Infancia afecta su futuro social, emocional, de lenguaje y físico, lo que a su vez influye en su preparación para enfrentar las siguientes etapas de su desarrollo.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) afirma que en los primeros 5 años de vida se construyen las bases para el desarrollo cognitivo, emocional y social de las niñas y los niños.
Durante la Primera Infancia, el cerebro humano se desarrolla en un 90 por ciento. Su aprendizaje emocional, cognitivo y habilidades motoras, pueden retrasarse significativamente cuando las niñas y los niños experimentan cuidados inadecuados, precarización en su derecho al acceso a la salud y a su derecho a la educación, así como otros factores de riesgo negativos.
De acuerdo con el INEGI, en México residen más de 38 millones de niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años, de los cuales 11.4 millones tiene cinco años o menos.
Para esta administración, es claro que las niñas, niños y adolescentes no están considerados, basta con revisar que, dentro de los 25 programas prioritarios del Gobierno federal, ni siquiera aparecen ni se mencionan. En los ejercicios presupuestales aprobados para el 2019 y el 2020, los recursos destinados a la atención de las niñas, niños y adolescentes en el Anexo 18, han sufrido una disminución de más de 30 mil millones de pesos.
Las amenazas se acrecientan ya que el pasado 23 de abril de 2020 el Ejecutivo publicó un decreto que pretende recortar hasta el 75 por ciento del presupuesto disponible de los Programas vinculados que atienden la Primera Infancia, tales como el Programa de Vacunación, Salud Materna Sexual y Reproductiva, Servicios de Asistencia Social Integral, Producción y Distribución de Libros y Materiales Educativos Producción y Transmisión de Materiales Educativos, Educación Inicial y Básica Comunitaria, Protección y Restitución de los Derechos de las Niñas Niños y Adolescentes, Servicios de Guardería y los Servicios de Estancias de Bienestar y Desarrollo Infantil.
Es obligación del Estado mexicano velar por el Interés Superior de la Niñez, mandatado por la Constitución y por el Comité de los Derechos del Niño, en donde se señala que las niñas y niños deberán considerarse como primordial en cada fase del proceso presupuestario y en todas sus decisiones.
De seguir el rumbo de este decreto y de los recortes presupuestales, se comprometería gravemente el crecimiento y desarrollo físico, social, emocional y cognitivo de más de 11 millones de niñas y niños que están viviendo su Primera Infancia en nuestro país. Justo cuando más apoyo requieren de parte del Estado y son mucho más vulnerables ante esta terrible pandemia.
