La política para los no políticos

El conflicto que han emprendido los poderes de Nuevo León es la razón principal de querer deshacerse de alguien que poco necesita de la política para vivir, como el caso del secretario General de Gobierno
César Ulloa G. César Ulloa G. Publicado el
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En la lucha por dignificar el servicio público, que no es precisamente el ejercicio político, muchos hombres y mujeres insisten en ingresar a la esfera política con el fin de propiciar un “cambio” en la sociedad en la que viven, lo que sea que eso signifique para cada persona.

Son muchos quienes lo han intentado, de todos colores, sabores y convicciones. Pero son pocos los que permanecen al paso de los años y, sobre todo, cuando la interacción con los que sí son políticos resulta tan absurda como desgastante.

Este podría ser el caso de Javier Navarro Velasco, un abogado respetado y admirado por amigos y enemigos. Su trayectoria le ha valido el reconocimiento de una sociedad regiomontana que suele aplaudir la cultura del esfuerzo y del trabajo bien hecho.

De su recorrido, podríamos subrayar que es socio de la firma Baker & McKenzie desde 1995. Es miembro del Comité Ejecutivo Nacional y coordinador de las prácticas de litigio y arbitraje en Latinoamérica, también del comité ejecutivo de los grupos mundiales de litigio y arbitraje y presidente del Consejo Cívico de las Instituciones hasta el 2021.

En 1990 constituyó el Bufete de Abogados Navarro Velazco y Asociados e imparte cátedra sobre los concursos mercantiles en universidades nacionales como maestro invitado y en el Instituto de Especialización Judicial.

Y eso fue solo un resumen de su experiencia. Con esa trayectoria, uno esperaría que la esfera política se congratulara de su ingreso como Secretario General de Gobierno, un hombre con ese currículum lo menos que puede hacer es sumar, ¿no?

Todo lo contrario. Hoy los diputados insisten en relevarlo de su cargo mediante un juicio político de esos en los que las razones son poco legítimas y la revancha es el incentivo principal.

Más allá de las acusaciones, resulta evidente que el estéril conflicto que han emprendido los poderes de Nuevo León, es la razón principal de querer deshacerse de alguien que poco necesita de la política para vivir, quizá de ella no necesita nada.

No tengo el gusto de conocer en tono de amigo a Javier, mi interacción con él ha caído exclusivamente en el ejercicio de la comunicación y los medios. Pero conozco a muchos que como él, quisieron ingresar a este mundo y terminaron por desistir, hartos de cohabitar en un lugar donde los políticos dominan a placer y ensanchan sus cuentas bancarias mediante la acumulación del poder partidista.

El resultado casi siempre es el mismo, la decepción y frustración se apoderan de los “no políticos” y terminan por regresar a los lugares en donde la voluntad y la lógica no dependen de la opinión de un cacique partidista, sino que el objetivo se traza en función exclusiva de las metas en colectivo.

Pobre Nuevo León, tan lejano de los mejores hombres y mujeres del Estado y tan cercano a los políticos de siempre, sí, ustedes saben de quiénes hablo.

Los conocen bien.

 

Correo electrónico: ulloa.hda@gmail.com

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