La paradoja de Minerva y la inocentada de Larry

La señora Minerva Martínez cobra como presidenta de la CEDH, pero parece ignorar el contenido de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que en teoría se le paga para defenderla.

El artículo 19 del documento suscrito por la ONU hace más de medio siglo establece que la libertad de expresión es un derecho que gozan todos los ciudadanos en un país libre y democrático.

Bueno, esta mujer se presume como la ombudsman en Nuevo León, pero le importa poco este derecho y lo vulnera cada vez que puede, se le antoja o le conviene.

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La señora Minerva Martínez cobra como presidenta de la CEDH, pero parece ignorar el contenido de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que en teoría se le paga para defenderla.

El artículo 19 del documento suscrito por la ONU hace más de medio siglo establece que la libertad de expresión es un derecho que gozan todos los ciudadanos en un país libre y democrático.

Bueno, esta mujer se presume como la ombudsman en Nuevo León, pero le importa poco este derecho y lo vulnera cada vez que puede, se le antoja o le conviene.

El lunes, esta señora obligó a la Universidad Metropolitana de Monterrey a vetar de un diplomado a la activista Indira Kempis, quien cada semana escribe en las páginas de Reporte Indigo.

Indira fue invitada a participar en el Segundo Diplomado en Derechos Humanos y Seguridad Ciudadana, organizado por la institución en conjunto con la CEDH, donde impartiría el módulo “Derecho a la No Violencia”.

Pero qué irónico: el supuesto organismo protector de los derechos humanos, encabezado por la ombudsman Martínez, violentó las garantías de la joven.

Este lunes Indira fue informada por la directora de la Facultad de Derecho de la UMM, Valeria Guerra, que su participación había sido cancelada a petición de la CEDH.

El veto coincide con los casos de “bullying” de la funcionaria contra extrabajadores de ese organismo, los cuales Reporte Indigo ha dado a conocer en las últimas semanas, acusaciones que la señora presidenta no ha querido contestar todavía.

Estaba cantado: la inocencia de Larry

El exalcalde Fernando Larrazabal cometió un error fatal en política: pecó de inocente.

No fue lo suficientemente suspicaz para descifrar los mensajes velados que sus exaliados Raúl Gracia y Zeferino Salgado le enviaron antes de que se concretara la ruptura de la Santísima Trinidad en la pasada Asamblea Estatal.

Hace seis meses cuando se conformó el Comité Directivo Estatal del PAN, Gracia y Salgado tomaron la decisión de restringir la participación de los legisladores federales en este órgano albiazul.

Muy pocos se percataron que esta decisión traía un destinatario y ese era Fernando Larrazabal, quien hace dos semanas fue excluido del Consejo Estatal del PAN y de la nueva cúpula albiazul.

El exedil regio hoy alega traición, pero hay otros que dicen que fue un ajuste de cuentas de Gracia y Salgado.

Un ajuste de cuentas porque Larrazabal se puso de lado de Margarita Arellanes cuando, junto con los alcaldes Ugo Ruiz y Víctor Pérez, vetaron a Mauro Guerra para la dirigencia estatal del PAN.

Un ajuste de cuentas porque Larrazabal se puso del lado de Gustavo Madero, cuando el dirigente nacional del PAN se fue contra Gracia al designar a la mayoría de los candidatos a diputados locales y alcaldías.

Hay además una duda que sigue sin contestarse: 

¿Si Fernando Larrazabal apoyó a Margarita Arellanes para que llegara a la Alcaldía de Monterrey, por qué la alcaldesa no lo apoyó en la Asamblea Estatal?… 

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