La nueva Coparmex

El tiempo ha pasado y las cosas han cambiado; era mejor cuando la cárcel, los fraudes, los escándalos sociales, los suicidios,  derroches y alianzas con narcotraficantes eran muy lejanos a la clase empresarial del país.

Pablo Mier y Terán Pablo Mier y Terán Publicado el
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El tiempo ha pasado y las cosas han cambiado; era mejor cuando la cárcel, los fraudes, los escándalos sociales, los suicidios,  derroches y alianzas con narcotraficantes eran muy lejanos a la clase empresarial del país.

Con motivo de la campaña actual para renovar la presidencia nacional de Coparmex he tenido acceso a información que me ha sorprendido. Me impactó muy gratamente conocer la Declaración de Principios de la Confederación, un documento elaborado en el año 1982 por José María Basagoiti Noriega en el que plantea los servicios, retos, principios y objetivos de la Confederación. 

Respeto, Servicio, Formación, Comunicación, Unión, Propuesta y Participación son los términos que campean libremente en el escrito. 

Hoy la realidad es otra, el síndrome de la incoherencia, de moda también en otros sectores, la disociación entre los objetivos y las realidades, entres los principios y los hechos. 

La Coparmex nace el 26 de septiembre de 1929 por iniciativa del industrial regiomontano don Luis G. Sada, quien en la Convención de Delegaciones Industriales de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio e Industria dio a conocer su idea de formar una organización distinta a las Cámaras constituidas por disposición legal.

Así inició la historia y ahí está el documento y un sinnúmero de personajes que han sabido encarnarlo, como Alfredo Sandoval, quien en 1985, siendo presidente, afirmaba certeramente que  “La mística de Coparmex convierte los problemas en retos, los principios en convicciones y los objetivos en compromisos… Los mejores tiempos de Coparmex están por venir” . El viernes 15 de noviembre se elije el relevo en la presidencia nacional.  He conocido y tratado personalmente a Patricia Terrazas, hay quienes aseguran que ella ganará la elección. 

Dicen varios colegas que es momento de que una mujer llegue a la presidencia nacional de la confederación, eso me parece conveniente, pero no es lo importante. Me parece más acertado el juicio de un conductor de Radio que decía hace poco: “se trata de la persona adecuada en el momento adecuado”. 

Patricia es una mujer de trabajo y resultados. Tiene dos características que nos han sorprendido a varios: incansable y directa. 

Su idea de fortalecer los Centros Empresariales nos parece vital para una  confederación que en el pasado no se ha ocupado de ellos como debiera, recuerdo ahora el caso de una necesidad urgente y muy concreta de un centro empresarial, tema seguridad, que jamás fue atendida desde México.

Coparmex necesita de la fuerza de un liderazgo nacional, pero basado más en la fuerza de la unión de los Centros Empresariales y en la de sus principios que en las dotes personales de un buen orador o un buen político.

Lo urgente es dar vida a la declaración de principios, lo necesario, lo que la sociedad demanda, son empresarios que incorporen a su vocabulario y a su vida los concepto de unidad, participación, servicio, respeto, formación y comunicación que tan alegremente campean en la Declaración de principios de los años 80.

Las propuestas de Terrazas de rescatar la esencia de la Coparmex, de una presidencia cercana, de una reingeniería institucional y de que lo primero sean los Centros, nos parecen hoy por hoy la receta adecuada para la nueva confederación que merecemos. La conciencia del empresariado mexicano, un organismo que debe distinguirse por ser un colaborador verdaderamente crítico del gobierno y promotor del bien común.  

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