Hoy no hay reyes ni emperadores conquistando pueblos. Pero hay muchas otras maneras de conquistar y ser conquistado.
El día de ayer los senadores del PRD realizaron un debate respecto a la reforma energética. De dicho encuentro podemos retomar algunos puntos acertados que nos permiten seguir analizando tan importante tema.
1. La reforma energética insiste en cambiar artículos constitucionales, repartir contratos, pero en ningún lugar se preocupa y se ocupa por erradicar el núcleo del problema de Pemex: la corrupción. Así lo expresó repetidas veces Lorenzo Meyer.
No hay ningún inciso en la reforma que busque erradicar este mal. La corrupción es el cáncer que tiene tomado nuestro sistema político. No veremos las mieles de ninguna de la reformas que se proponen sin antes atacar de frente esta enfermedad.
2. Cuando a fines del siglo XIX se entregó la propiedad de los hidrocarburos al propietario de la tierra (de la superficie), se dijo entonces que se hacía para atraer el capital externo que tuviera los recursos y la capacidad para extraerlo.
Mismo cuento, diferente tiempo. Lo peor de repetir historias conocidas es que ya nos sabemos el final. De nuevo vendrán empresas con el único interés de maximizar sus utilidades, como lo marca el manual de la empresa exitosa. A costo de lo que sea y de quien sea.
3. La reforma energética insiste en que urge abrirse hacia el exterior porque se requieren recursos y tecnología que aquí no las tenemos, y no solo eso, no somos capaces de crearlas.
En pocas palabras, insisten en decir que los mexicanos no solo somos inútiles, además en el futuro, lo seguimos siendo. Por tal motivo necesitamos de otras petroleras como: Exxon, Chevron y Shell, que si han sabido desarrollar en los mismos 70 años, lo que Pemex no.
Disculpen ¿qué partido manejo Pemex los últimos 70 años (menos doce)?
4. El anuncio de la reforma que hizo el presidente Peña, se hizo a pocos meses después de que el entonces presidente Felipe Calderón anunciara el descubrimiento de un importante yacimiento de petróleo en aguas profundas.
Este anuncio lo hizo Peña Nieto en Inglaterra, país que declaró boicot contra México en 1939 cuando el presidente Cárdenas nacionalizó el petróleo. Las empresas inglesas fueron una de las principales explotadoras de nuestros recursos. ¿Qué intenciones hay en destapar esta reforma justamente en la cuna de Shell? ¿Habrá algo ya pactado?
Vivimos una debacle social. No hay banderas. No hay un nacionalismo a defender. No tenemos memoria del pasado y pecamos de soberbia al pensar que lo que tenemos así estaba, a nadie le costó.
El México de los últimos 200 años no ha dejado de luchar para independizarse y democratizarse. De los españoles, pasamos a los franceses, luego los americanos. Creemos que ya somos un país independiente ¿lo seremos?
Hoy no hay reyes ni emperadores conquistando pueblos. Pero hay muchas otras maneras de conquistar y ser conquistado. Estamos en la era de la nueva conquista, la que se gana en los congresos “democráticos”, la que se negocia.