El viernes 28 de abril de 2023 será recordado como “la noche negra de la democracia”. Ese día, Morena y sus partidos aliados traicionaron a los mexicanos y se “pusieron de rodillas” al presidente de México.
Esto, al no aprobar los nombramientos de los comisionados del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) para quedar bien con el falso caudillo López Obrador.
Como si estuvieran en una orgía legislativa, los senadores del régimen, en lo oscurito, aprobaron reformas para destruir a nuestras instituciones.
Lo hicieron de la manera más mezquina: tomaron protesta a los suplentes para alcanzar quórum, no hubo debate, no hicieron parlamentos abiertos ni consultas obligadas por ley; tal es el caso de lo que compete a las personas indígenas y a la “destrucción” del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Las comisiones sólo recabaron firmas, sin sesionar.
Claramente ese es el país que quiere López Obrador, uno donde no existan voces disidentes, donde no se cuestionen las reformas que dañan al país, donde no se escuche al pueblo de México. Un parlamento donde sólo se levante la mano para aprobar las necedades del primer mandatario.
Que, en promedio, cada 12 minutos, sin presentación de dictámenes y dispensando lecturas, se hayan aprobado 20 reformas, es una vergüenza para la historia de nuestro parlamento. Nunca antes, un partido en el poder se había atrevido a tanto atropello.
Además, en su afán de destrucción, extinguieron a la Financiera Rural, dañando a los trabajadores del campo; al Instituto de Salud para el bienestar (INSABI), que desde un inicio estaba destinado al fracaso; y al Conacyt, condenando a la investigación científica al retroceso.
Como bloque de contención, acudiremos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, vía acción de inconstitucionalidad, para que estas reformas dañinas para México y que fueron aprobadas esa noche negra, sean declaradas ilegales e inconstitucionales por no cumplir con el proceso parlamentario.
El presidente López Obrador piensa que así se hacía antes, miente para justificar. Lo reto a que demuestre que antes habíamos vivido algo así.