A medida que nos acercamos a las elecciones presidenciales del 2024, enfrentamos un diluvio de información engañosa que se intensificará en el apogeo de la contienda electoral. Combatir este fenómeno exige información veraz y fundamentada desde la ciencia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define “Infodemia” como el exceso de información -muchas veces falsa o malintencionada- que se propaga masivamente durante una epidemia. Este término surgió en la pandemia por COVID-19 y permanece vigente.
Con las precampañas en curso, la infodemia se amplificará potencialmente, desorientando incluso al electorado más informado. Activistas y políticos saturan medios y redes sociales con aseveraciones sin base científica, sembrando desinformación. Distinguir la verdad de la mentira se vuelve una tarea colosal en un mundo en el que las narrativas falsas se esparcen con un simple clic.
Un ejemplo, es la mala información acerca de que el presupuesto de salud para 2024 se recortó en un 55 por ciento, lo cual es incorrecto. La reestructuración en el Presupuesto de Egresos de la Federación trasladó los fondos del INSABI al IMSS-Bienestar (lo que corresponde a ese 55 por ciento), siendo en realidad que todo el sector salud tuvo un incremento presupuestal del 5.8 por ciento en términos reales (SHCP-PEF 2024).
Otra declaración malintencionada es que las muertes por COVID-19 en México alcanzaron las 800 mil defunciones. Las cifras oficiales de muertes por COVID-19 a diciembre del 2021 fueron cerca de 300 mil, las 500 mil restantes se conoce como “exceso de mortalidad”, término que se refiere a las muertes adicionales causadas por todas las condiciones durante la pandemia.
La medición del “exceso de mortalidad” es un tema de debate debido a la falta de una metodología estandarizada para su cálculo (Schöley, Lancet 2023), las estimaciones varían según la fuente. La OMS, the economist, ourworldindata.org, y diversos investigadores, tienen su propia metodología, por lo que las cifras deben tomarse con ciertas reservas.
El exceso de mortalidad no es exclusivo de México y ha afectado a nivel mundial tanto a economías emergentes como a desarrolladas (Nature 2023) (Vaccines 2022). Las cifras de exceso de muertes varían considerablemente: India 2.6 a 11 millones, Rusia 1.2 a 1.8 millones, Estados Unidos de 1.3 a 1.4 millones, Brasil de 900 a 940 mil y México de 640 a 680 mil (Economist, datos actualizados a noviembre 2023).
El exceso de mortalidad total para México en la literatura científica está en el rango de las 600 mil (Palacio y cols. Lancet 2022) a los 800 mil (Wang, Lancet 2022); sin embargo, las conclusiones en Lancet reconocen que el 34 por ciento (200 mil) de las muertes en México no están directamente relacionadas con la COVID-19.
Otra inexactitud es la disminución de 4 años en la esperanza de vida en México posterior a la pandemia de COVID-19. Como consecuencia de la pandemia, la mayoría de los países en el mundo tuvieron una reducción en su esperanza de vida debido al aumento significativo de la mortalidad en el 2020 (Aburto, International Journal Of Epidemiology 2022).
La disminución de la esperanza de vida en Estados Unidos fue de 2.3, Cuba 3.9, Chile 1.2, India 3.5, Perú 3.7, Rusia 3.3 y México 3.8 años, entre muchos otros países (Expansión/datosmacro.com)
No obstante, esta disminución en la esperanza de vida en México no solo es consecuencia del COVID-19. Se estima que la esperanza de vida ha disminuido en 1.2 años como consecuencia de los homicidios ocurridos desde antes de la pandemia (Jasso, Salud colectiva 2023) (Aburto, American Journal of Public Health 2019).
Durante una campaña presidencial, la infodemia puede tener consecuencias graves, ya que distorsiona la percepción pública sobre las necesidades reales en salud que necesita el país. La integridad de nuestro futuro colectivo depende de decisiones que como votantes tomemos basados en información veraz.
