La guerra fría en Rusia

De los momentos extraordinarios en el Estadio Olímpico de Sochi , me impresionó la ceremonia inaugural y la tremenda ovación a Vladimir Putin. Mas allá del cargo que ostenta como presidente de Rusia, es un líder con una fuerza incuestionable, con dominio de escena y opinión pública a prueba “casi” de todo.

Cerca de mi lugar en la zona de prensa se escucharon algunos silbidos rápidamente silenciados por esa ovación aplastante. 

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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De los momentos extraordinarios en el Estadio Olímpico de Sochi , me impresionó la ceremonia inaugural y la tremenda ovación a Vladimir Putin. Mas allá del cargo que ostenta como presidente de Rusia, es un líder con una fuerza incuestionable, con dominio de escena y opinión pública a prueba “casi” de todo.

Cerca de mi lugar en la zona de prensa se escucharon algunos silbidos rápidamente silenciados por esa ovación aplastante. 

De inmediato se escuchó su voz fuerte y segura después de un discurso demasiado largo por parte del presidente del COI, el alemán Thomas Bach, al que cada vez que se presenta le sigue a su nombre como un apellido compuesto “campeón Olímpico Esgrima Montreal 76”.

“El mundo al revés”

No es que por acá sea el “mundo al revés”, simplemente ahora les toca a los rusos estar en su ambiente, en su escenario, en su casa, cobijados por los suyos y sus aliados.

Toca a los norteamericanos “jugar de visita” sin el cobijo de su propaganda aplastante de siempre como “los muchachos buenos” de todas las películas. Los rusos, son los que hoy controlan la música y la hora de bailar, es más, y el tipo de baile. 

Las ovaciones más largas las llevaron ahora Ucrania, Bielorusia, Moldovia, Kazahstan, mientras que indiferencia , abucheo y algunos aplausos amables acompañaron el desfile de los Estados Unidos.

Para Gran Bretaña aplausos a secas, para Canadá una buena ovación y para Alemania amabilidad a secas; para Francia e Italia simplemente indiferencia. Son las otras reglas del juego.

Los líderes de acá…

En el palco de honor a Vladimir Putin le acompañaron los líderes de los países aliados bajo su esfera de influencia, destacando la presencia del presidente de Ucrania, Victor Yushenco.

A pesar de la severa crisis que vive en su país con el cuestionamiento de muchos ucranianos, entre otras cosas por su rechazo a la primera fase de la entrada la Unión Europea, Valdimir Putin lo exibe a su lado después de firmar algún tratado de esos que jamás se van a cumplir.

Completan el palco los líderes de estos países que contrastan con la fuerte presencia del presidente chino, Xi Yinping, con un mensaje. Dicen los analistas picudos, de desmarcarse a los desencuentros Putin- Obama, misma situación del Primer Ministro de Japón Shinzo Abe

Como canica en lavamanos

 El que de plano parecía “cánica en lavamanos” fue el primer ministro de Italia, Enrico Letta, quien fue cuestionado por su presencia a pesar de la presión italiana por que no asisitiera y así enviar un mensaje de rechazo a las políticas homofóbicas.

Italia, dicen esos mismos analistas picudos, lo que menos quiere es una diferencia con los rusos en este momento cuando los niveles comerciales van al alza, así que Letta se saca de la manga una excusa de campeonato.

“Vengo a presentar la candidatura…”

De cualquier ciudad italiana a los Olímpicos de Invierno de 2024 como si esto fuera algo que tuviera que hacerse ahora o de vida o muerte.

La diplomacia rusa de plácemes con esto y los mensajes indirectos no se hacen esperar cuando a la delegación norteamericana que llega en representación del presidente Obama encabezada por la “ministro sin cartera” Janet Napolitano y en la que vienen incrustados varios miembros destacados de las comunidades lesbico–gay de Estados Unidos, se le responde con hechos en la misma ceremonia de encendido del fuego olímpico. 

La que insulta al presidente Obama…

Los que encienden la llama son dos figuras del deporte ruso con etiqueta política “anti yanqui”. El legendario portero de hockey Vladislav Tretiak, tres veces oro olímpico con el equipo soviético 1972, 76 y 84 y una plata en aquella final histórica y legendaria cuando los “Muchachos buenos”, de los Estados Unidos vencen a los veteranazos soviéticos. 

En Estados Unidos, lo acompaña en el pebetero la campeonísima patinadora Irina Rodnina, tres oros olímpicos con dos diferentes parejas, 10 títulos del mundo en su cosecha. Luego se muda a Estados Unidos con éxito relativo para regresar a Rusia e instalarse en el parlamento ruso apoyando a Vladimir Putin.

Es ella misma la que puso un tuit con un photoshop con una mano blanca ofreciendo un plátano a Barack Obama. Vino la queja fuera de protocolo del Departamento de Estado de Estados Unidos también vía Twitter como para no provocar al oso ruso.

La propia Irina primero negó el hecho y luego señaló: “solo apelo a la libertad de expresión. 

Platicando con colegas rusos me decían que “nada que ver, Irina tiene los méritos para el encendido del pebetero”. Se olvidan que como escolta corría a su lado María Sharapova.

Esto de La Guerra Fría en Rusia apenas comienza y nos falta trasladarnos a las pistas y rampas… Así de fácil.

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