Ante la problemática social que vive México, la escuela pública es el representante del gobierno más cercano al núcleo familiar. La violencia que cimbra las calle, nace desde la cuna de la casa, y se requieren mecanismos que rompan este circulo nefasto.
Las familias mexicanas viven sus peores momentos. Las madres de familia, un 42.2% de mujeres que tienen por lo menos un hijo, han tenido que salir a buscar trabajo para completar el gasto familiar, en una sociedad aun machista, donde el hombre sigue pensando que, el cuidado de lo hijos y de la casa, sigue siendo responsabilidad de la mujer.
Sumando a esto, la estadística de violencia intrafamiliar siguen mostrando el nivel de precariedad y falta de educación que rigen nuestro país. 47.4% de las mujeres, que viven con una pareja y con hijos, padecen algún tipo de violencia: emocional, económica, física o sexual.
Las mujeres recurren al divorcio o viven como madres solteras. Siendo ellas las que tienen que mantener solas su casa y a sus hijos. No hay forma sencilla y expedita, de hacer cumplir a los padres con sus obligaciones. Los juicios son largos, caros y emocionalmente desgastantes.
Se necesitan programas sociales que eduquen a la sociedad en su nuevo contexto. Donde hombre y mujeres trabajan, y las responsabilidades del hogar deben de repartirse con respeto. Por ejemplo, programas como el que se hizo sobre planificación familiar.
Urge que las pocas legisladoras mujeres, le pierdan el miedo a las políticas de genero y comprendan la enorme responsabilidad que tienen en sus manos para general leyes que protejan a las familias, a las mujeres y sus hijos.
Pero mientras esto no se dé, por falta de dinero o por falta de conciencia, la manera más próxima, que tiene el gobierno, para atender esta ruptura social, es a través de su sistema educativo y de sus escuelas.
La escuela es el siguiente escalafón de importancia en la pirámide social y un aliado real para las familias. Es el único lugar donde las madres pueden dejar a sus hijos e irse tranquilas a trabajar. Es el lugar, donde el gobierno, puede garantizar que los niños y jóvenes se alejen de grupos delictivos. Donde estos aprovechen las horas para recibir las instrucciones académicas, artísticas y deportivas, en un ambiente sano y controlado.
Podemos estar en desacuerdo con partidos y gobiernos, pero hay que reconocer a quien trata de generar políticas que ponen a México en otro nivel. Los gobiernos de Marcelo Ebrard y ahora Mancera, definitivamente han elevado el nivel y percepción de México ante el mundo, precisamente por este tipo de políticas sociales.
Convertir todas las escuelas de México en escuelas de horario completo, sería un gasto que la sociedad apoyaría. Es destinar recursos a atacar un problema social desde su raíz, de manera efectiva.
Ojalá veamos un efecto dominó sobre esta iniciativa. Y todas las familias y mujeres solas, puedan contar con la escuela como su mejor aliado, para la educación y cuidado de sus hijos.