En el reciente encuentro que tuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador con el presidente norteamericano Joe Biden, parecía que quedaría zanjado el tema, que se avanzaría para negociarlo sin que se perjudicara gravemente a la industria automotriz mexicana, que se pediría a los congresistas detenerlo para no encaminar a ambas naciones a una disputa comercial; sin embargo, aunque nos dicen que se llevaba en la lista de puntos a tratar, les pusieron freno, y no se aceptó plantear el tema. Quizá esa era la última oportunidad para detener el deseo de la gestión de Robinette Biden Jr. de privilegiar con incentivos a quien adquiera un auto eléctrico con, al menos, 50 por ciento de componentes estadounidenses a partir de 2027.
La fecha parece lejana, pero es una propuesta medioambiental que ya está en los escritorios de los senadores estadounidenses con el título Build Back Better Act, un asunto que ya pasó por las oficinas de la Cámara de Representantes. Por ello es tan importante el 13 de diciembre, que es cuando se analizará la propuesta en Estados Unidos y comenzarán las tensiones entre ambos países: México afirma que contraviene a lo pactado en el T-MEC de profundizar en una mayor y mejor integración de las cadenas de suministro entre México, Estados Unidos, y Canadá.
Esta no es la primera vez que suben las tensiones por un tema de alto calado, porque cabe recordar que, aunque se llevaba una relación amable con Donald Trump en 2017, justo fue él quien propuso imponer un arancel de 35 por ciento a los vehículos fabricados fuera de Estados Unidos.
Otro al que la industria automotriz agarra con las manos en la puerta, y con varios retos que enfrentar, es a Guillermo Rosales Zárate, quien asume la presidencia de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores y se queda con varias papas calientes en la mano, tras la salida de Guillermo Prieto Treviño, quien, pese a sacar adelante al gremio en momentos complicados, los abandona ahora a su suerte. En tanto, Fernando Lascurain Farell asume la dirección general.
Por todo lo anterior, el panorama no es sencillo para Tatiana Clouthier Carrillo porque, aunque la secretaria de Economía cuenta con el respaldo de estados de industria automotriz, no será suficiente para detener la decisión emblemática de Biden. Lo que se perfila es que pudiera terminar el tema en tribunales internacionales. En el tema, adelantan que ya está la Organización Mundial del Comercio (OMC), el sindicato United Auto Workers, así como automotrices japonesas y europeas. Un ejemplo claro de que el tema no se detendrá pronto es que las fabricantes de vehículos están invirtiendo fortunas millonarias para reconfigurar sus plantas en el mundo a fin de construir autos de baterías.
Por cierto, en México, mientras otros se preocupan por la medida Biden, hay quienes solo dicen que se adaptarán y esperarán a tener claridad, ¿qué significa eso? solo ellos saben, y en ese tenor está la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), que encabeza José Zozaya, y otros sindicatos en el país; lo aviso para que, cuando el asunto lastime sus negocios, sepa a quiénes anotar en la lista de aquellos que se limitaron a mirar de lejos y no pusieron en la mesa una propuesta para salir adelante.
Voz en Off
En la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), que preside Jesús de la Fuente Rodríguez, van tarde en la sanción que prometieron contra BBVA Bancomer por los continuos fallos en sus sistemas. En los documentos a analizar no hay ninguno que se refiera al asunto, aun cuando ya debería estar listo. No obstante, sí hay otros resolutivos –y hasta perecieran apresurados– para Banco Bilbao Vizcaya Argentaria. A la institución de origen español no le apura la conclusión del caso, ellos hasta aplauden la llegada de Victoria Rodríguez Ceja al Banco de México, andan en lo suyo. Así que, si alguien pasa por oficina de De la Fuente Rodríguez, avísele que siguen fallando los sistemas de Bancomer, a ver si así apura sus veredictos.