La deuda de dos administraciones: el Metro

Indira Kempis Indira Kempis Publicado el
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Informes van e informes vienen. Con nostalgia, las generaciones anteriores refieren al momento en que hace más de 30 años, la ciudad de Monterrey parecía promesa de metrópoli con el entonces (1987) recién inaugurado Metro. Historias de ese momento auguraban un renovado inicio para la extensión territorial que -hasta la fecha- necesita de mover el mayor número de personas.

Si analizamos una fotografía sobre qué ha sido desde esa inversión millonaria nos quedamos con la irrisoria cantidad de dos líneas de metro. Sí, dos. A casi cuatro décadas de distancia, con más de 4 millones de habitantes en la Zona Metropolitana, sólo hay dos líneas de Metro. Analicemos un poco de lo que se lee en internet sobre la misma:

“La construcción de la Línea 1 se inició el 25 de abril de 1988 y tres años después, el 25 de abril de 1991 arrancó su operación. La construcción de la Línea 2 dio inicio en febrero de 1993 y fue inaugurada el 30 de noviembre de 1994. La construcción de la Línea 3 dio inicio en 2013 y terminaría el 31 de agosto de 2015 pero ocurrió el cambio de gobernador y por eso todavía está en construcción”, eso se lee en Wikipedia.

Los “peros” no terminan, porque para ese momento era el cambio de gobernador, es decir, el actual. Quien, además, sostuvo una campaña en la promesa de mejorar el transporte público (Eso incluía, obviamente, el Metro) y reducir las tarifas -que han ido incrementando, por cierto). Lejos queda el sueño de tener un Metro digno de los traslados que hacen a diario las y los habitantes.

Pero, quizá la peor expectativa es tener otro informe de gobierno sin que se pueda cumplir la promesa que hizo Jaime Rodríguez Calderón de tener terminada una tercera línea de Metro. Porque, además, de recordarnos que no contamos con ella, que nos estamos asfixiando entre partículas nocivas que están causando enfermedades cardiorespiratorias por, en parte, no contar con transporte público masivo; también nos hace memoria del dinero perdido, robado o malgastado que han hecho desde las dos administraciones anteriores que nada más no se puede resolver y sólo se agrava.

Necesitamos, frente al cuarto informe de gobierno, recordar que se llevan 4 años sin poder hacer las gestiones necesarias como para que esto pueda tener la conclusión de la línea 3 para esta caótica ciudad. Y no sólo hablar de la línea en sí misma, sino del fortalecimiento institucional que necesita Metrorrey para poder hacer mucho más de lo que ya hace (que tampoco podemos negar que al menos su operación cotidiana sigue permitiendo el traslado), para que sea una institución que tenga un lugar prioritario en la toma de decisiones y presupuestos.

Necesitamos que no se olviden las promesas incumplidas, que no se pase el tiempo como con el sexenio anterior a éste. Que no tengamos que abrir el álbum de recuerdos (en el futuro) y lamentarnos no tener mejor y mayor transporte público, entonces, la pregunta es: ¿cuándo se acabará la línea 3 del Metro? Digo, para no quedarnos con la duda.

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