Queridos lectores, como ya lo venía manifestando en esta columna desde tiempo atrás, Netflix está perdiendo el norte al surcar los mares del streaming global, porque apostaron por contenido “premium”, al nivel de que, necios como ellos solos, se aferraron a ir por un Oscar a Mejor Película, y tener no solo uno, sino dos filmes en contienda oficial, más no lo han logrado desde que comenzaron este capricho en 2018 con Roma.
Un lustro y una pandemia después, sus números han caído y esto ha repercutido en sus finanzas, lo que ahora hace evidente The Hollywood Reporter con un excelente artículo de investigación, donde pone en claro que se acabó la fiesta de las grandes producciones de autor, adiós a los denominados proyectos de vanidad.
Y pues era de esperarse que no les duraría el gusto eternamente, ¿qué compañía puede sostenerle el juego a cineastas como Scorsese, las Wachowski o los hermanos Russo con largometrajes o series que superan los 150 millones de dólares?
No me lo tomen a mal, la manufactura de El irlandés (2019) es una joya, pero seamos francos, ¿cuántos de ustedes la vieron en una sola sentada? Sense8, pues es una serie para un nicho muy específico, por eso terminó siendo cancelada y luego revivida para darle un cierre y lo que está por verse es si The Gray Man atrae a nuevos adeptos por el talento de Ryan Gosling y Chris Evans a cuadro.
Es altamente probable que después del largometraje anteriormente mencionado, y que dirigen los Russo, se cierre la llave de gastos al por mayor de Netflix (¡costó 200 millones de dólares!). Según se expresa en el texto del medio estadounidense, el refrán que corre ahora mismo entre los ejecutivos es “Bigger, better, fewer” o sea, “Más grandes, mejores y menos producciones”.
Pero también reflexionemos en esto queridos lectores, para que el recorte haya llegado hasta la médula, ¿ustedes dónde creen que empezaron a cerrar el flujo de dinero? Pues aunque parezca irreal, esto comenzó sacrificando gente en el tercer mundo.
Recuerden que Netflix, previo a 2020, le apostó fuertemente a expandir sus horizontes fuera de Estados Unidos, y pues México era para ellos el siguiente territorio para abrir oficina formal, y pues llegaron series y películas (cof, cof, chafas en su mayoría, la neta) y no se daban abasto para malabarear a los medios de prensa.
El año pasado, alrededor de julio-agosto, Netflix decidió quedarse con una sola agencia de relaciones públicas en México, por lo que cortaron personal laboral en el país, el que no quedó con una grata experiencia al estar trabajando para esta plataforma global, de “negreros” no los bajan, esto es lo que me dicen fuentes que evidentemente merecen anonimato.
¿Qué vendrá para este titán del entretenimiento? No lo sé, pero es claro que su retrato empieza a desquebrajarse, cual Dorian Gray, y están haciendo lo imposible por remediarlo.
La opinión expresada es responsabilidad del autor y no representa la posición del medio.