La burra no era arisca…

Una cosa es conseguir que el voto de 500 legisladores en favor de la reforma energética y otra muy distinta es convencer a la mayoría de millones de mexicanos de que la reforma, tal y como la conciben el PAN y Enrique Peña Nieto, es lo que más le conviene a México.

Más si el gobierno y el PAN insisten en su pretensión de manipular a la opinión pública en contra de Andrés Manuel López Obrador.

Todo mundo sabe que la intención del PAN, del PRD y del Gobierno es concesionar la explotación del petróleo al capital privado. Sobre eso no hay dudas.

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Una cosa es conseguir que el voto de 500 legisladores en favor de la reforma energética y otra muy distinta es convencer a la mayoría de millones de mexicanos de que la reforma, tal y como la conciben el PAN y Enrique Peña Nieto, es lo que más le conviene a México.

Más si el gobierno y el PAN insisten en su pretensión de manipular a la opinión pública en contra de Andrés Manuel López Obrador.

Todo mundo sabe que la intención del PAN, del PRD y del Gobierno es concesionar la explotación del petróleo al capital privado. Sobre eso no hay dudas.

Sin embargo, lo que no ha quedado suficientemente claro, son los mecanismos que garantizarían que esta privatización petrolera no es para beneficiar a unos cuantos, sino a la mayoría de los mexicanos.

Y es que en esto de las “ventajas” de las “privatizaciones” los mexicanos somos expertos. La burra no era arisca, los palos la hicieron.

Cuando se privatizaron los teléfonos para crear un monopolio privado, los mexicanos tuvimos que apechugar para pagar las tarifas más caras del planeta que llevaron a Carlos Slim a ser el hombre más rico del mundo.

Y cuando los bancos se convirtieron en un oligopolio privado, los mexicanos no tuvimos otra que pagar altísimos intereses y comisiones bancarias.

Seguramente los autores de la reforma y los publicistas del gobierno tendrán que trabajar mucho para decir algo más que que no se privatizará Pemex.

Y todavía tendrán que trabajar más para que la mayoría de los mexicanos acepten pagar más impuestos por culpa de la reforma energética.

Perestroika, pero no Glasnot

Finalmente el gobierno de Enrique Peña Nieto pudo meter en cintura a Gustavo Madero y a Jesús Zambrano.

En una reunión a puerta cerrada en la que participaron solo 11 personas, el secretario de gobernación, Miguel Osorio Chong, y el secretario de Hacienda disuadieron a Madero y a Zambrano para que se conformen solo con una reforma electoral.

O sea que la Perestroika tendrá preferencia sobre la Glasnot como en tiempo de Carlos Salinas.

¿Podrían Gustavo Madero y Jesús Zambrano exigir algo más?

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