El mandatario nacional reconoció que hubo presión al Poder Judicial, a pesar de prometer ser diferente. Foto: Especial

Hipócritas

El presidente en 2018 prometió respetar la autonomía del Poder Judicial, también prometió a las autoridades judiciales, no intervenir

“Hipócritas”, fue lo que dijo desde el púlpito mañanero cuando se refirió a las y los ministros que no cayeron en sus chantajes ni presiones para votar a favor de transferir la Guardia Nacional a la Sedena.

Me pregunto: ¿quién es más hipócrita, quien dijo que nunca presionaría al Poder Judicial y al tiempo lo hace o aquel que es firme en sus convicciones?

Lleva cuatro años argumentando que ellos no son iguales a sus antecesores, sin embargo, al revelar que llamó a cinco ministros para convencerlos de votar a su conveniencia se dibujó de cuerpo entero, es igual a los otros.

En abril de este año, de gira por Veracruz, dijo que había prohibido al gabinete de seguridad hablar con los ministros sobre este tema, porque “estaban muy prepotentes”, dos meses después, nos enteramos de propia voz, que él personalmente les llamó a cinco de los 11 ministros y ministras.

“Entonces, meten el recurso para declarar inconstitucional y yo ahí dije, ‘ahora sí me voy a meter’, porque esto es importantísimo y hablo con cinco, con los cuatro que de alguna manera yo propuse y con el que ya estaba para garantizar los cuatro votos.

“Uno por uno. No saben lo que me costó, porque ya venían actuando mal, ya habían demostrado ser chuecos, pero esto vale que hable yo con ellos, para explicarles la importancia que tiene. Y hablé con los cinco, y pues con dos no pude”, narró ya saben quién.

Muchos le aplauden y argumentan que es honesto al confesar que llamó a los ministros para “convencerlos”, perosomos muchos los que vemos es un gran cinismo.

No es la primera vez que se sabe que los presidentes hablan con las y los ministros sobre algo que les incumbe, el tema aquí, es que al final termina comportándose como lo que tanto crítica, usar el poder para beneficiarse.

En 2018 prometió respetar la autonomía del Poder Judicial, también prometió a las autoridades judiciales, no intervenir ni enviar “palomas mensajeras ni halcones amenazantes” para presionar sus resoluciones. Y como buen autoritario, no lo cumplió.

De cierto es que lo suyo son las promesas, lo lamentable, es que él nunca las cumple, y eso lo hace más parecido a los otros, a esos viejos adversarios que aún le quitan el sueño.

Quien esté libre de ser hipócrita que tire la primera piedra, es lo que deberían responder las y los ministros que por ser leales a la Constitución son vapuleados un día sí, y el otro también.

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