En México ser periodista es un peligro no solo porque te puede costar la vida sino porque puedes ser víctima de recriminaciones, señalamientos, juicios y hasta descalificaciones desde la Presidencia.
No es suficiente con que seas víctima de un atentado, que tu vida esté en riesgo o te amenacen sino que también puedes ser vapuleado desde el púlpito mañanero.
El Presidente no termina por comprender que los señalamientos a las y los periodistas mucho abonan al clima de inseguridad en el que realizan su trabajo. Es como si sus ataques y descalificaciones fueran con toda la intención de sumar a los que viven día a día.
Es increíble que mientras el Presidente dice que no se censura a nadie no hay un solo día en que no descalifique a una o dos o más periodistas, y todo porque no simpatizan con su gobierno, porque piensan diferente a él, porque no lo alaban, porque no le aplauden, porque no se congratulan con él o, mejor dicho, porque no se “alinean”.
En lugar de presentar una estrategia que les garantice la vida y su seguridad a los comunicadores, el Presidente lleva una semana mencionando y descalificando en las mañaneras al periodista Ciro Gómez Leyva, tras haber sufrido un atentado.
No importa que la vida de Ciro Gómez Leyva haya estado en peligro, aquí lo verdaderamente importante es que el Presidente sea el centro del debate, que sea él la víctima.
Hoy, como nunca, ser periodista en México es un verdadero peligro, así lo señalan diversas organizaciones civiles dedicadas a la protección de éstos, mismas que han afirmado que los ataques desde la Presidencia enturbian más el ambiente en que se desempeña esta profesión.
No basta con que viven acechados por el crimen organizado, por autoridades federales, locales o municipales; que tengan bajos salarios y, muchas veces, sin las condiciones necesarias para desempeñarse; que no cuenten con seguridad social; a este gobierno lo que verdaderamente le importa es que escriban, hablen y comuniquen lo que a este régimen le conviene, aunque puedan ser mentiras.
La hostilidad con la que este gobierno se maneja en contra de las y los periodistas, y los medios de comunicación en general, cada día escala niveles que pueden ser destructivos.
La labor que realizan las y los periodistas no es menor, y es indispensable en una democracia. Por eso garantizarles su derecho a la libertad de expresión es indispensable, y es una obligación irrenunciable del Gobierno federal hacer valer ese derecho.
Hoy los convoco a sumarnos en la defensa de las y los periodistas de nuestro país, a defender junto con ellas y ellos la libertad de expresión, a no callarnos y demandar seguridad porque México necesita estar informado, porque México es demócrata y necesita de las y los periodistas.
Posdata: Deseo que pasen una extraordinaria Navidad en compañía de sus seres queridos; que el 2023 sea un año maravilloso, lleno de bendiciones, muchas alegrías y satisfacciones. ¡Felicidades!