Las dudas se disiparon y Josefina terminó de deshojar su margarita.
Vázquez Mota irá con todo por la dirigencia del Acción Nacional.
Y ahora sí, con la participación de la excandidata presidencial, la contienda promete dejar de ser aburrida.
Y es que a estas alturas difícilmente sus rivales dejarán que Josefina se presente como la candidata de la unidad.
Y mucho menos lo hará Gustavo Madero, quien ha sido criticado por sus correligionarios, por ser una oposición silenciosa que le dice sí en todo al presidente Peña Nieto.
Nada más para empezar habrá que anotar que la excandidata presidencial está en contra de la forma en que fueron procesados los acuerdos del Pacto por México.
Y es que Gustavo Madero aceptó desde un principio excluir hasta a sus propios coordinadores parlamentarios, para llegar a acuerdos secretos que nunca fueron consultados con sus correligionarios.
Ahora hay que ver si Josefina Vázquez Mota cuenta realmente con el apoyo de los “Panistas por México” y de la militancia para derrotar a Gustavo Madero, y por segunda vez a Ernesto Cordero.
Y habrá que ver qué argumentos podrá esgrimir Gustavo Madero para decirle a todos los panistas, que la que fue su candidata para gobernar a todo un país, no reúne las cualidades necesarias para gobernar a su partido.
Calderón todavía se cree presidente
Ahora resulta que el presidente Felipe Calderón, con el pretexto de que los espías norteamericanos leyeron sus correos, quiere provocar que el gobierno de Enrique Peña Nieto entre en conflicto con el gobierno de Obama.
Pretextando un nacionalismo que en los hechos nunca tuvo, el promotor de la Iniciativa Mérida escribió en su Twitter que “Mas que personal, (el espionaje a su correo) es un agravio a las instituciones del país, dado que se realizaron cuando ejercía el cargo de presidente de la República”.
Por la misma vía “diplomática”, Calderón informó que le habló al canciller a José Meade para exigirle que transmita al gobierno de los Estados Unidos su más enérgica protesta por el espionaje de que fue objeto.
A ver si las intentonas de Calderón para complicarle la vida a su sucesor, sirven al menos para que el presidente Peña Nieto se anime por fin a exigirle cuentas a Felipe Calderón por sus actos, como presidente de la República.
Lo exigen y demandan millones de mexicanos.