Después de la visita del ahora más millonario Johan Cruyff a Guadalajara, en donde dicen que con 2 ó 3 discursitos impactó a los jugadores como profeta de secta nueva, y conste que ya hasta ganan partidos y festejan los goles encomendándose al “Gurú” Cruyff, que como buen “ministro de secta” hasta le agradecen que los regañe y de pasadita los humille, menospreciando la historia del Guadalajara o tapándose de excusas por los malos resultados, y que lo suyo es el proyecto pidiéndole paciencia de cuando menos dos años a la afición Chiva. Ya envalentonado Cruyff lanza el anzuelo dándonos lecciones de civismo con aquello de que todos los mexicanos, nacidos o naturalizados somos iguales, como pavimentando el camino para traerse a alguno del nivel de Daniel Ludueña, en fin, nada más imaginar lo que saldrá a decir la directiva Chiva si se meten a la Liguilla, es como para escribir novela populachera.
El ejemplo cunde y el siempre oportunista Hugo Sánchez aprende rápido la lección tomando nota de los discursos mareadores del encantador de serpientes holandés, convirtiéndose en el “Cruyff a la mexicana”, señalando con convicción estudiada frente a “su”espejo tipo Blanca Nieves, que la temporada para el arrastre del Pachuca no es un fracaso, sino el paso natural de un proceso que va a llevar de ¡dos a tres años!, háganme el “rechingacargado” favor.
Como político mesiánico
No se puede entender cómo el “Pentapichichi” aparece a defender lo indefendible. Al cuestionarle de frente si tiene visualizada las razones para este espantoso fracaso del Pachuca, Hugo se defiende como político de hace 20 años, creyendo que lo que diga es poco menos que La Biblia y que le tenemos que creer solamente porque él es Hugo Sánchez, al mas puro estilo de nuestros políticos mesiánicos, conste que Hugo insiste que todavía no hemos aprendido a darle su sitio en el trono máximo del Olimpo Nacionalista.
La verborrea del ‘Pichichi’
Después de la arrastrada que le acomoda el América por 4-0, que pudieron ser más, aparece, eso sí, valiente y dando la cara Hugo Sánchez con un discursete de quinta más falso que una moneda de tres pesos. “Arrejuntando” a “su” Pachuca, armado en refuerzos carísimos hasta los dientes, con todos aquellos equipos que hundidos en la mediocridad no alcanzan Liguilla, asegurando, como si no fuera obvio, que los que no se meten entre los ocho primeros de la tabla “solo tienen una mala temporada”.
Es como si Hugo inventara de nuevo el hilo negro o el sistema para generar agua caliente, evitando la única palabra posible para describir lo que hoy ocurre en Pachuca.
Es un fracasotote
Y conste que le pido prestada la palabra a Manolo Lapuente, a quien le envío un abrazo, porque salir con la cara dura a señalar públicamente que lo de Pachuca es un proyecto que cuajará en 2 ó 3 años es una excusa burda y una mentira más grande que la Catedral. Si la directiva de Pachuca le abrió la chequera a Hugo para gastar más que ninguno en esta temporada, trayendo refuerzos de lujo, primero con Nery Castillo que no ha alcanzado ni el 10 por ciento de lo que muchos suponíamos lo haría. Fui el primero en apuntar, en este mismo espacio, que Nery estaba llamado a ser el gran refuerzo de la temporada y miren usted en lo que se ha convertido, en parte del fracaso del año. Y luego al español Raúl Tamudo que tampoco se vende en cinco centavos, el repatriar a Paulo da Silva que está muy por debajo de lo que nos mostró en Toluca y ya no digo del “Venado” Medina y Óscar Rojas, que también llegaron por una buen lana.
Pero en donde más gastó Pachuca pensando que sería una inversión redituable, fue en el propio Hugo, que hoy tendría que sacar el pecho, mostrar la cara para asumir las consecuencias de este fracasotote, porque habría que decirle a Hugo que quien invierte 100 pesos le exigen 100, pero el que invierte un millón exige un millón de regreso.
La huída con la cara más larga que el reloj de Pachuca y el rictus descompuesto con los dientes apretados por el coraje, la rabia y la impotencia de los directivos de Pachuca para tomar carretera y dejar al Azteca los más lejos posible lo dice todo. La temporada de Hugo y el Pachuca es el fracaso más grande de este torneo y punto.
Este Clásico es muy grande
Lo que vivimos en Ciudad Universitaria este sábado por la mañana con un entradón que superó los 30 mil aficionados al solo conjuro del clásico Pumas de la Universidad y Politécnico, versión Águilas Blancas, es impresionante.
Aquí no hubo promoción de la tele durante toda la semana como ocurrió en ese clásico mediocre, insaboro, incoloro de una semana antes en el mismo estadio entre Pumas y América. Y la entrada fue casi la misma, aquí la convocatoria se da solamente por el amor a los colores que se quieren por encima de todo.
La tribuna guinda y blanco del Poli no dejó de apoyar a los suyos cuando el partido estaba parejo 10-3 en favor de los Pumas, tampoco dejó de hacerlo en el 31-3 en el cuarto cuarto, cuando las cosas eran definitivas. Y mucho menos en el 37-3, que muestra la superioridad que de unos años a la fecha Pumas tiene sobre los equipos del Politécnico.
¿Y los de pumas?
Bajo la misma premisa de amor y pasión por sus colores, la tribuna Universitaria mostró su apoyo incondicional a sus Pumas del alma, aumentado los decibeles a la mitad del segundo cuarto cuando Politécnico parecía que ahora sí iban de “a deveras” y después todo fue festejar y gozar.
El duelo de porras
Tuve la fortuna de instalarme todo el tercer cuarto sobre la cancha de Ciudad Universitaria, lo hice con premeditación, alevosía y ventaja, sabedor de que se vendrían esos duelos espontáneos, extraordinarios de porras, cantos y gritos de apoyo con los ¡Goya¡ por un lado respondidos por los ¡Huelum¡ del otro y a ver de a cómo nos toca. Esto enchina la piel y nos obliga una vez más a reflexionar…
Lo que le dije al Rector
Tenemos todos los que amamos el deporte estudiantil y concretamente el futbol americano colegial, no solo que seguir levantado la voz, señalando a los mediocres directivos de la ONEFA por un lado y la CONADEIP por el otro, que tienen dividido este deporte, privándoles primero a los jugadores enfrentar a los mejores contra los mejores y después a todos nosotros, traicionando la escencia misma del deporte que marca juego limpio e igualdad pero sobre todas las cosas, la oportunidad de encontrar un verdadero campeón.
Una vez más tendremos dos campeones de latón en lugar de un campeón de oro.
Por un lado el campeón de ONEFA que saldrá del duelo entre los Auténticos Tigres de la Universidad de Nuevo León y Pumas. Y el que se perfila por la otra mitad, del otro lado los Borregos del Tec de Monterrey o de algún otro campus o quizá la Universidad de las Américas. Ambas conferencia peleadas por sus directivos mediocres nos privarán de un solo y auténtico campeón, no podremos enfrentar a los dos campeones por estos chocantes y perversos intereses particulares. El Rector está consciente, lo mismo que la directora del Politécnico y por el otro lado los Rectores de los Tecnológicos de Monterrey y miembros de la CONADEIP que enfrenta solo escuelas privadas, aquí solo falta voluntad política para ejercer incluso la fuerza de la autoridad colegial de cada institución que rompa los perversos intereses de sus coaches y directivos.
Así las cosas pues, a pesar de todo me quedo con este maravilloso clásico y su tradición que cada día se fortalece más… Así de fácil.
