En el Senado ya empiezan a sonar los nombres de quienes les gustaría ver en la silla de la nueva Fiscalía Nacional Anticorrupción.
Ahora que ya se ve más cerca el nombramiento del nuevo fiscal, varios están pensando en Olga Sánchez Cordero, todavía ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien este año dejará el máximo tribunal. Suena también Ximena Puente de la Mora, presidenta del IFAI.
Los senadores andan buscando un perfil “a prueba de balas”, pero no de las que usan las pistolas, sino de las que avientan los opositores y la prensa que hurgan en el pasado de las personas.
Los legisladores buscan a alguien que no haya protagonizado escándalos para que llegue 100 por ciento blindado combatir la corrupción. Esto sucede a pesar de que ya fue abierta una convocatoria hace unos meses y se declarara que ninguno de los candidatos logró el consenso necesario, así que no se descarta que “se invite” a participar directamente a quien elijan desde antes.
Castillo a Segob
Cada vez es más fuerte la señal de que el excomisionado en Michoacán, Alfredo Castillo, será el próximo Subsecretario de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación.
Y aunque a muchos les suena descabellado, resulta que Castillo siempre ha sido el apagafuegos del presidente de la República, y eso es lo que haría nuevamente desde su nuevo cargo, ya que la Iglesia ha mandando señales de molestia que tienen que ser apaciguadas.
Desde el Semanario de la Fe, la jerarquía católica se ha inconformado por algunas decisiones de los tres niveles de gobierno por lo que se requiere es de alguien que calme los ánimos y para eso se requiere a Castillo.
Guerrero sigue incontrolable
El estado de Guerrero ha dejado de estar en las portadas de los medios nacionales e internacionales sin que eso signifique que las cosas estén mejor.
En el Municipio de Ayutla de los Libres, en donde hace dos años inició el movimiento de autodefensas –antes que en Michoacán– la justicia se está aplicando como en la época medieval. Los delitos como robo y asalto no se denuncian ante un Ministerio Público sino ante un Consejo de Justicia integrado por los grupos de autodefensa.
Ellos son los encargados de dar los castigos y penas a los delincuentes y no precisamente basados en los códigos de justicia existentes, sino en lo que se les ocurre en el momento. Además de que este nuevo método de justicia tampoco es pronto y expedito. Por ejemplo, una menor de edad que roba un teléfono celular lleva una semana presa esperando el veredicto de tan importante Consejo.