La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes que preside Cuauhtémoc Rivera, ha publicado un detallado informe doloroso para el bolsillo de los mexicanos sobre la variación de precios en la canasta básica alimentaria durante el período comprendido entre enero y febrero del presente año.
De acuerdo con este estudio exhaustivo, que abarca los treinta y dos estados de la República Mexicana y se realizó mediante una muestra aleatoria domiciliada, ambulatoria y estratificada en más de 200 puntos de venta distribuidos en tres niveles de consumo (alto, medio y popular), se ha observado un incremento del 1.08 por ciento en el precio promedio de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), alcanzando así un total de mil 849.24 pesos.
Este aumento, aunque moderado, representa un impacto significativo para las familias mexicanas, especialmente aquellas de ingresos más bajos. La inseguridad, el flagelo más doloroso porque los mayores incrementos en el precio de la CBA son Nuevo León, con un alarmante 10.30 por ciento; seguido de Tamaulipas, con un 8.29 por ciento; Campeche, con un 6.27 por ciento; Zacatecas, con un 6.18 por ciento; y Baja California Sur, con un 5.66 por ciento.
Si bien en algunas entidades la inseguridad no es de una gravedad delicada, sí resienten; entre los productos que más han aumentado en precio durante el último mes se encuentran la cebolla, con un incremento del 18.55 por ciento, pasando de 44.8 pesos a 53.12 pesos; la papa, con un alza del 11.36 por ciento, pasando de 34.67 pesos a 38.61 pesos; el tomate verde, con un aumento del 8.61 por ciento, pasando de 34.90 pesos a 37.90 pesos; los chiles en escabeche, con un incremento del 8.25 por ciento, pasando de 22.54 pesos a 24.40 pesos; y el aguacate, con un alza del 8.21 por ciento, pasando de 49.55 pesos a 53.62 pesos.
Quizá no se muestre o se refleje este fenómeno inflacionario pero se deja claro en este documento que se debe a una combinación de factores complejos.
Entre ellos se incluyen la estacionalidad de los productos, la sequía ocasionada por el cambio climático que afecta la producción agrícola, y la inseguridad que impide un flujo eficiente de la cadena de suministro, desde la siembra hasta la venta al público.
Es importante destacar que la inseguridad no solo afecta la logística de distribución, sino que también impacta directamente en el costo final de los productos, ya que los actos delictivos como la extorsión y el robo de mercancía aumentan los gastos operativos de los productores y distribuidores, los cuales se ven reflejados en los precios para el consumidor final.
Apenas vimos como a manera de protesta el sector de transporte se hizo sentir ante la falta de seguridad en las carreteras, llevando a los transportistas de carga federal a iniciar protestas en diversos puntos del país, exigiendo al Gobierno federal medidas urgentes para garantizar su seguridad y proteger su vida y su patrimonio.
Esta situación de crisis en el transporte de mercancías no solo afecta la disponibilidad de productos en el mercado, sino que también influye en el aumento de los precios debido a los mayores costos de transporte.
Se sabe que el secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, Jorge Nuño Lara, ha sido determinante para ofrecer garantías a este sector para que sus preocupaciones no sigan siendo un factor determinante en el incremento de los precios de los alimentos y el aumento en los costos energéticos, incluyendo el precio de los combustibles y la electricidad.
El alza en estos costos impacta directamente en la logística de transporte y distribución de productos, encareciendo aún más el proceso de abastecimiento y suministro de alimentos.
Y ojo, porque también hay que poner atención a un tema preocupante que es la sobrerregulación del mercado, que también contribuye al aumento de los precios de los alimentos.
Los constantes cambios en las regulaciones gubernamentales, muchas veces poco claras o excesivas, dificultan la operación de los pequeños comerciantes y encarecen los procesos de producción y venta, lo que se traduce en precios más altos para el consumidor final.
Es imperativo que las autoridades tomen medidas efectivas para abordar las causas subyacentes de este fenómeno y trabajar en conjunto con los diferentes actores de la cadena de suministro para garantizar un acceso equitativo a alimentos a precios asequibles para toda la población.
Voz en Off
Bien por Audi México, por lo que ha alcanzado con el Sindicato Independiente de Trabajadores de Audi México (Sitaudi).
El nuevo contrato colectivo de trabajo, podría poner fin pronto a la huelga que iniciaron el 24 de enero en la planta de San José Chiapa, Puebla. La marca de lujo de Volkswagen, acordó con sus trabajadores un aumento global del 7 por ciento para los trabajadores, con un 5 por ciento aplicado directamente al salario y el restante 2 por ciento destinado a prestaciones. Este incremento supera en un 50 por ciento el nivel actual de inflación en México.
Audi México tuvo que respaldarse con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral para mediar en este caso porque había graves señalamientos contra ejecutivos de esta marca de los aros, que fueron los que provocaron que se fuera a huelga la armadora automotriz.
Reconocer al Sitaudi su actuación de buena fe, de ratificar los acuerdos en una reunión programada para el 9 de febrero, fecha hasta la cual se mantendría la huelga.
Se sabe que Audi ya tenía bajo el brazo, el considerar el traslado de parte de su producción del modelo eléctrico Q8 e-tron a México o China, debido a la escasez de recursos que ha afectado la producción en su planta de Bruselas, ya veremos si esto se confirma…