Industria y Comercio de la antítesis a la síntesis

Sin duda, esta es una pregunta que puede responderse desde diversos ángulos y seguramente provocar intensos debates, porque el tema de fondo es justo uno de los objetivos centrales de las políticas públicas: ¿cómo lograr un crecimiento económico suficiente y sostenido para dar respuesta a las crecientes demandas de empleo?

En nuestro país, no pienso que exista en este momento otro tema de interés público más importante que éste y el de la crisis de seguridad que, por lo demás, están estrechamente vinculados. 

Juan Reboulen Juan Reboulen Publicado el
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Sin duda, esta es una pregunta que puede responderse desde diversos ángulos y seguramente provocar intensos debates, porque el tema de fondo es justo uno de los objetivos centrales de las políticas públicas: ¿cómo lograr un crecimiento económico suficiente y sostenido para dar respuesta a las crecientes demandas de empleo?

En nuestro país, no pienso que exista en este momento otro tema de interés público más importante que éste y el de la crisis de seguridad que, por lo demás, están estrechamente vinculados. 

Hay un hecho inobjetable que va más  allá de filias y fobias partidistas y que no puede ser motivo de debate sino de atención urgente y trabajo conjunto: En este sexenio que está  por terminar, el crecimiento acumulado del PIB fue de 7.7 por ciento cuando el crecimiento de la población fue de 10.6 por ciento. 

Evidentemente que este grave problema no tiene solo una causa ni un solo responsable. Muchos son los obstáculos al crecimiento que urge remover, y sobre ello, existen diversos y muy serios estudios realizados dentro y fuera del país que apuntan soluciones interesantes, casi todas ellas relacionadas con la necesidad de avanzar en las llamadas reformas estructurales y en mejorar la calidad y pertinencia de la educació, aumentar la inversión pública y privada, fomentar la investigación y el desarrollo, elevar la productividad y la competitividad de la economía mediante una cultura de innovación, certeza jurídica y seguridad pública, desregulación y competencia económica, etcétera. 

Sin embargo, una cuestión de fondo que no parece estar siendo tomada en cuenta en este debate es la dificultad que estamos teniendo como país para conciliar una política de apertura comercial, con un desarrollo industrial exitoso que permita generar empleos en cantidad y calidad suficiente. 

La experiencia histórica muestra que este fue, precisamente,  uno de los temas que supieron resolver bien países industrializados como Inglaterra, Estados Unidos, Japón, Alemania, China o Corea del Sur, entre otros. 

Este es uno de los nudos centrales que parecen estar impidiendo el crecimiento de nuestra economía; sino de qué otra forma puede explicarse que aunque en los últimos 10 años (2001-2011) nuestras exportaciones han crecido 120 por ciento, nuestro crecimiento promedio haya sido de 2.2 por ciento con una generación de empleos anuales de 270 mil, en un país que requiere por lo menos generar un millon de empleos al año.

Tal vez parte de la explicación está en el hecho de que el contenido nacional de nuestras expotaciones, excluyendo el petróleo obviamente, pasó de 36.5 por ciento a 34.8 por ciento entre 2001 y 2011. 

Desde una perspectiva dialéctica, tenemos que  salir de la confrontación entre desarrollo industrial y apertura comercial, reconociendo con humildad y flexibilidad aciertos y errores, para poder salir del viejo y falso dilema entre apertura y proteccioinismo y arribar a una nueva comprension del probema a partir de un análisis objetivo de nuestra realidad y del nuevo entorno mundial.

El autor es presidente de la comisión de comunicación de Canacero.

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