Imparable el loqueron de Samu-Elon

Es momento de evitar de una vez por todas el hacerse el occiso y usar la política de forma eficaz como alguien digno de la investidura
Arturo Fernández Cisneros Arturo Fernández Cisneros Publicado el
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La división de poderes no es algo raro o difícil de comprender, pero un abogado o un politólogo podría explicarlo mejor porque es parte fundamental de sus respectivas áreas en común. Y en este caso, más que saberlo debe comprenderlo quien ocupa el cargo de la representación del Ejecutivo; que con tantos estudios destacando el doctorado en Derecho Constitucional y Gobernabilidad, no parece entender aquella idea vigente de Montesquieu. A pesar de tantos estudios en papel, pero invisibles en la práctica, no importa: aquí se trata de acatar y dar cumplimiento a la voluntad de las leyes.

El desaire hacia el Poder Legislativo sólo amplifica la mala puntería para ejercer el poder. Ningún poder es más que otro; es decir, la división de poderes debe entenderse como el procedimiento de ordenación del poder de autoridad que busca el equilibrio y armonía de fuerzas, mediante una serie de pesos y contrapesos.

El tema del Segundo Informe de Gobierno es asunto serio y a la vez irónico; no es reciente y es un mandato constitucional que, según el artículo 79 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano del Nuevo Nuevo León, tiene que ser presentado en la primera quincena del mes de octubre.

Y está de más, pero debe ser más comunicación y menos mercadotecnia; spots alusivos e invasivos en redes sociales no son suficientes para tantos malogrados y presumibles logros de la administración pasada. Por mencionar un ejemplo: la Presa Libertad comenzó en la anterior; lo comunicacional es que siguen trabajando y como los expertes que son, usan la mercadotecnia pitera, cruel y superflua al hacer alusión a que será la cortina más grande de Latinoamérica –pero se omite el comunicar que apenas será una aspirina para la captación de agua. Y el dinero, como siempre, se esfumó.

Pero ya viene la glosa, ese llamamiento contemplado en el artículo 80 del mismo pacto, en que el Poder Legislativo, posterior al análisis entregado apenas el primer día de la segunda quincena de octubre, podrá solicitar al Ejecutive ampliar la información por escrito. Esto además de citar a los secretarios de despacho, dependencias y órganos paraestatales, quienes comparecerán para responder las preguntas que el no tan honorable Congreso del Estado considere relevantes, relacionadas con el despacho de los asuntos de su nula competencia.

Es inevitable recordar al locochón del expresidente Vicente Fox cuando todavía twitteo: “Aguas chamaco, estas muy joven para meterte entre las patas de los caballos” (sic). Como muchos otros temas que apenas adolece, la experiencia política se limita a seis años de dizque legislador y dos de gobernador, sumando apenas ocho y ni paso por la ventanilla de gestión, mucho menos la de atención.

Ahora bien, respecto a la subliminalidad de la palabra clave de este show trágico-político-cómico-musical. El eclipse de sol hizo lo suyo con todo y la capa de nubosidad que redujo la visibilidad de este hermoso fenómeno astronómico; Alexa respondió con la rola Surfin’ Bird pero la versión de The Cramps del 79; casualidad, ¿no lo sé? Pero el estribillo machacante de esta canción va tan bien de guitarrazos como si fueran cuentas de plegarias, –pero sin gozo, muy doloroso, cero luminoso y nada glorioso.

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Imparable en tropelías y desaciertos.

Imparable en persecuciones políticas.

Imparable en presunciones sin fundamentos.

Imparable en mentiras y engaños.

Imparable en resentimientos y burlas.

Imparable en aventajarse a costa del erario.

Imparable en el mal ejercicio del poder.

Imparable en exceso de vanidad, egolatría y malgasto en imagen.

Imparable en ingobernabilidad.

Imparable de abusos y disturbios mediáticos.

Imparable de burlas, memes y nepotismo.

Imparable en el desinterés personal por el arte y la cultura.

Imparable en inseguridad e incremento delincuencial.

Imparable en el mal trato y groserías.

Imparable en violar la ley.

Imparable en la mamerta.

Imparable en romper protocolos y faltar al respeto.

Imparable en las tranzas y trámites de amparos.

Imparable en los gastos estériles en imagen y promoción..

Imparable en ineficiencia política y descortesías.

Imparable con caos en movilidad, desde vehículos hasta estaciones.

Imparable en misoginia, violencia política y hostigamiento.

Imparable en negociaciones ocultas y gastos innecesarios.

Imparable en el encubrimiento delincuencial dentro del gobierno.

Imparable y MEGA ciego con los discapacitados.

Imparable con el desinterés por las sesiones de consejos ciudadanos.

Imparable con el desinterés de los casos de Nueva Castilla, Fabriles, Altavoz, Tinacos y demás asignaciones directas y turbias en contratos de todo el gabinete estatal.

Imparable en cagarla constantemente.

Si no leyó estas líneas con la rola, puede hacerlo de nuevo con la original de hace 60 años de The Trashmen. Comprobará la similitud; a lo prendido no hay quien se oponga. Salvo el adolescente ejecutivo. Y sí; a los diputados del PRIAN no los ocupa, como él dice. Pero sí los necesita. Es momento de evitar de una vez por todas el hacerse el occiso y usar la política de forma eficaz, como alguien digno de la investidura que torpe y emocionadamente le otorgaron los ciudadanos, que ahora muchos están en un imparable mar de lágrimas de sangre.

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