‘Nazi’, ¿una estrella?
En 2002, en la Casa de Cultura de Nuevo León, Genaro Saúl Reyes, periodista cultural, tenía un cineclub con un aforo de 50 butacas, y una noche pasó algo fuera de lo común. El triunfo de la voluntad (1935) fue proyectada, misma que él había obtenido gracias a una transmisión especial del Canal 11, pero […]
Hidalgo NeiraEn 2002, en la Casa de Cultura de Nuevo León, Genaro Saúl Reyes, periodista cultural, tenía un cineclub con un aforo de 50 butacas, y una noche pasó algo fuera de lo común.
El triunfo de la voluntad (1935) fue proyectada, misma que él había obtenido gracias a una transmisión especial del Canal 11, pero fue tal su sorpresa que los 50 espacios no fueron suficientes, porque a esta función, misteriosamente, llegó un grupo numeroso de asistentes que aparecieron de la nada.
Personas opulentas, de claro nivel socioeconómico superior y con actitudes prepotentes, denostaban a los presentes, expresando que los recién llegados tenían un verdadero nivel de apreciación de este largometraje. Fue tal la molestia y pesadez en la sala de cine, que los inconformes exigieron una proyección privada solo para ellos.
Al día siguiente, Reyes exhibió nuevamente la cinta y notó que este grupo de personas eran de ultraderecha, déspotas y que solo por ser de otra élite se sentían dueños del lugar. Al término de la función, él tuvo una sesión de comentarios del filme, y antes de abandonar la Casa de Cultura se percató que el VHS del filme le había sido robado.
¿Por qué el escándalo?, se preguntarán ustedes, pues en ese entonces no existían copias de fácil acceso a la cinematografía de Leni Riefenstahl, que, dicho sea de paso, el nombre tal vez engaña, porque no estamos hablando de un hombre, sino de una mujer cineasta que fue la maquinadora de todo el acervo cinematográfico que conocemos hasta hoy del Tercer Reich.
No es ningún secreto que Metropolis (1927) era la película favorita de Adolf Hitler, y que el Führer pidió expresamente que Fritz Lang, el director de la cinta, fuera quien se encargara de hacerle sus filmes nazis, pero este lo desairó, entonces, el partido recurrió a Riefenstahl de 31 años de edad.
Gracias al talento de esta cineasta, que el 22 de agosto se cumplen 120 años de su natalicio, hoy tenemos imágenes históricas impactantes de cómo Hitler era una amenaza arrolladora para el mundo, sus desplantes demagógicos quedaron inmortalizados en celuloide, y claro, la primer gran transmisión masiva global de televisión, los juegos olímpicos de 1936 fueron supervisados y dirigidos por ella.
Además, la realizadora tuvo metraje suficiente de las justas deportivas para hacer el documental Olympia (1938), del que la banda Rammstein tomó material para el videoclip “Stripped”, cóver de Depeche Mode, esto ha causado polémica, porque se piensa que ellos tienen afinidad hacia el partido Nazi.
Pero esta es la gran polémica, ¿hay que condenar el trabajo de Riefenstahl? Ella no era formalmente militante del partido, declaró en vida que su mayor arrepentimiento fue conocer a Hitler, y que vivía en la ingenuidad de los crímenes de guerra, entonces, ¿ella fue una cineasta o una criminal? Reflexionemos.
La opinión expresada es responsabilidad del autor y no representa la posición del medio.