¿Qué es para ustedes soñar? Y me refiero en todo el sentido de la palabra, tanto en su descripción metafórica estando despierto y desear algo, como en el acto de dormir y tener estas visiones que pueden representar parte de nuestro inconsciente.
Creo que es una pregunta con mucho valor y que poco nos detenemos a afrontarla en verdad, a razonarla a profundidad y, lo peor de todo, es que casi nunca prestamos real atención a nuestros sueños en el estado de descanso nocturno.
Para cuando lean esto, estaremos a menos de 24 horas de poder presenciar una serie en Netflix que ofrece un reto no solo intelectual, sino a explorar nuestro pensamiento inconsciente como sociedad, y qué estamos haciendo en el mundo onírico, ¿estamos escapando de nuestra realidad?, ¿damos continuidad a lo que nos pasa cuando estamos despiertos o estamos creando un camino alterno a todo lo anterior?
The Sandman es una novela gráfica que comenzó a tener su tiraje en 1988, y que desde un inicio comenzó a tener un culto entre sus lectores, y es que no es para menos, su ficción es bastante atractiva, porque arroja la pregunta de ¿cómo sería Morfeo en el mundo, si es que tuviera una forma humana?
Y esta sólo es una premisa sencilla, en realidad, hay todo un despliegue de personajes mitológicos y fantásticos que aparecen alrededor, de los que ya hemos escuchado o leído hablar en la historia, esto es lo que hace rica la narrativa creada por Neil Gaiman, que en un inicio hizo esa historia bajo comisión.
Pocos recuerdan que el verdadero Sandman ya existía en DC Cómics, comenzó siendo una especie de redentor de la justicia que, vestido de traje, guantes, fedora y máscara antigás, adormecía a los criminales con un somnífero que les esparcía con una pistola de gas. Su inicio se remonta hasta 1939, eventualmente, se volvió un superhéroe, con atuendo ajustado y todo, incluida una capa roja, eso sucedió en 1974.
Pero cuando se le pidió a Gaiman rescatar al personaje, se le dio carta abierta, le dijeron: “tú solo toma el nombre y haz lo que quieras con la historia” y la creatividad emanó de él, para darle a Sandman una nueva apariencia, otro origen, pero mantuvo la idea de que este protagonista estuviera relacionado con el estado inconsciente.
Este cómic trasciende por su historia, pero también lo que fue un acierto de Gaiman fue que nunca limitó su creatividad; creó un universo de gran complejidad, un escenario que camina en el delgado filo de la realidad y lo que es posible, pero desde el ámbito del sueño, de la imaginación, le dio a Sandman un reino de posibilidades infinitas, sin fronteras ni límites.
Y se preguntarán ustedes: ¿por qué hasta ahora llega una adaptación audiovisual? Pues oportunidades no faltaron, pero Gaiman supo esperar, y pronto, queridos lectores, ustedes podrán apreciar que lo que han leído durante décadas está por cristalizarse, el sueño de miles que han tenido en sus manos la novela gráfica está por verse, al menos, en una pantalla de televisión.
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