Henry Martín y la tardanza del América para renovarlo: Clubes colaboran en desarraigo

Henry Martín, a lo largo de casi una década de carrera suma 135 goles, sin embargo sigue sin ser renovado su contrato con el América
Héctor Quispe Héctor Quispe Publicado el
Comparte esta nota

Henry Martín, el jugador más rentable del América en la década actual, sigue sin ser renovado en su contrato como azulcrema al cierre de esta columna. Hubo una vez un Cristóbal Ortega, osito de carne y hueso, que logró cristalizar el sueño de su vida al defender durante 18 años los colores del equipo que más amó y de ningún otro. Valores de un significativo lienzo que destiñen los propios clubes en la actualidad: el arraigo.

Esta columna 160 de Fan PRO se entrega el miércoles 6 de marzo de 2024, minutos antes del partido de Ida de los Octavos de Final de la Concachampions ante su rival de Clásico, Chivas, en el Estadio Akron. Numerosas publicaciones en medios informativos y redes sociales volvieron tendencia el nombre del delantero yucateco. La cuestión es simple: ¿Por qué tu ariete icónico no era asegurado para continuar la exitosa aventura?

Es momento de hacer una pregunta algo dura: ¿Falta dinero en el Club América?

Que alguien lo explique

Ojo: Esta indagación se realiza luego de que esta entidad acaba de ingresar como unidad de negocio de Televisa para cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores y de la compra de un avión particular con un costo de 22 millones de dólares para convertirse en el único club mexicano que se da este lujo a la altura de los grandes del futbol europeo como el Real Madrid, Barcelona, Manchester United o Paris Saint-Germain.

Un lujo es un bien superior que, como económicamente no está al alcance de todos, es escaso y por ello tiene un precio elevado. La Real Academia de la Lengua Española (RAE) lo define como abundancia en el adorno o en las comodidades y objetos suntuosos.

Bueno, entonces el América puede darse estos lujos.

Habrá que sumar a todo esto el pequeño detalle del valor en el mercado de la plantilla americanista: 92.9 millones de euros, que al tipo de cambio en el momento de cerrar este análisis era de 101. 2 millones de dólares, según la valuadora alemana Transfermarkt.

Esta cantidad lo hace el segundo equipo mexicano más valioso hasta esta fecha, por debajo de Rayados, con valor de 95.08 mde, así como de la Concachampions 2024. Está por encima de Tigres, que vale 63.9 mde  y son los tres equipos más caros del torneo regional en el que participan.

El Inter de Miami de la Major League Soccer (MLS) con todo y Lionel Messi tiene un valor de 89.33 millones de euros. Solamente Leo vale 35 mde. El colombiano naturalizado mexicano Julián Quiñones es el más caro de la plantilla americanista con un valor de 10 millones de unidades de la divisa europea.

Yucateco rentable

Henry Martín, quien inició su trayectoria profesional en los Venados de Mérida y tuvo un breve paso por Xolos de Tijuana (de 2014 a 2017) es el actual capitán del América. Cuenta con 31 años de edad, pero a pesar de su veteranía su ficha tiene un valor de 5 millones de euros. Fue fichado por las Águilas en 2018 y en 2021 firmó su primera renovación que concluye el 14 de junio de 2024.

Según Transfermarkt, su mejor cotización ocurrió el 31 de octubre de 2022, durante el Torneo Apertura de ese año, al alcanzar la cifra de 6 mde. Para el inmediato Clausura 2023, logró coronarse campeón de goleo con 14 tantos.

A lo largo de casi una década de carrera suma 135 goles (hasta antes del partido contra Chivas de este 6 de marzo de 2024) con sus 123 marcados en clubes y 12 en la Selección Mexicana.

Sin embargo, lo que mejor distingue a Henry Martín es su disciplina táctica y poderío técnico. El jugador que mide un metro 77 de estatura y pesa 73 kilos de pura fibra sabe manejar muy bien su fortaleza física para cubrir el esférico y distribuir con solvencia los servicios en la zona de definición cuando no tira a gol. Es regular que arrastre la marca de los zagueros adversarios sin amedrentarse a pesar de las patadas que recibe.

Es un auténtico centro delantero con excelente remate de cabeza que también se desempeña con naturalidad como poste eje para servir a los compañeros que llegan de frente. Es buen ejecutor de penaltis y tiene grandes dotes para manejar la recepción dirigida con pecho y muslos.

Ahora bien, la cualidad suprema de este elemento es su generosidad como compañero. Tiene la visión suficiente para elegir tocar al mejor ubicado y deja de lado el egoísmo de la mayoría de los goleadores. Es justo ésto lo que le ejemplifica como líder acreedor a portar el brazalete de capitán del equipo.

Por eso es que cuando no juega su ausencia pesa. La labor que hace este hombre no la tiene ningún otro jugador bajo las órdenes del director técnico André Jardine. Julián Quiñones es un delantero letal cuando llega de atrás para atacar por los costados de manera interna. El uruguayo Jonathan ‘Cabecita’ Rodríguez es un extremo izquierdo también que le gusta adentrarse, con pocos desbordes. Su compatriota Brian, del mismo apellido, es el único que tiene el empaque para irse al fondo desde afuera por la misma banda.

Por eso es que ficharon al neerlandés Javairo Nilrosum, que ataca por derecha y tiene buena gambeta.

Martín es un jugador insustituible dentro de un cuadro plagado de figuras ofensivas, entre quienes destaca el aporte del ‘10’ chileno Diego Valdés y el ‘8’ mexicano naturalizado estadounidense Alejandro Zendejas.

Matan el arraigo

Muchos fans del América crucificaron el arribo de Christian ‘Chicote’ Calderón por el simple hecho de que provenía del acérrimo rival Chivas, pero la verdad es que llegó a desquitar como un auténtico pistón en la banda izquierda. Aunque su misión nominal es la de defender, se suma con profundidad a ofender. El único reproche es que jugó en el rival número 1. La culpa no es de él, sino del sistema cada vez más apegado a aniquilar algunos valores deportivos.

En los últimos tiempos se privilegia el ingreso económico sobre otras reglas que se escribían en lo más profundo del orgullo. Es verdad que en todas las épocas existieron hechos como estos, pero no significa que sea lo mejor.

La defensa de códigos internos es lo que menos importa ahora y por eso es que se ven más lejanos los anecdóticos hechos que ilustraban el amor de un jugador por la camiseta que portaban.

Ya se ve mucho polvo en aquel momento de hace más de cinco décadas en que Enrique Borja maldijo a los cuatro vientos por ser vendido de Pumas al América, equipo en el que al final resultó uno de los grandes ídolos de todos los tiempos. “¡No soy un costal de papas!”, reclamó el goleador que hizo historia en todas las canchas en las que se aplicó como profesional entre los años 60 y 70 del siglo pasado.

Y cómo olvidar el paso de Ramón Ramírez, de Chivas al América, a mitad de los 90, también sin ser consultado. Procuró entregarse como azulcrema, pero al final regresó al Rebaño donde fue de nuevo adorado.

En el futbol de España, el jugador más repudiado fue el mediocampista portugués Luis Figo, quien saltó del Barcelona al Real Madrid a inicios del nuevo siglo, algo inflado por el primer estallido del mundo digital, ya que no causó tanto alboroto como la idéntica mudanza que años atrás realizara el alemán Bernd Schuster.

Hoy más que nunca se valoran carreras como la del mencionado Cristóbal Ortega, quien inició en los años 70 como extremo y acabó como un incansable medio recuperador que fue el artífice de equipos americanistas memorables, sobre todo el campeonísimo de los 80.

Algo similar pasó con su compañero, el legendario bastión central Alfredo Tena, que aunque se retiró en Tecos de la UAG, fue americanista incluso un año más que ‘El Osito’. Hay ‘jugadores’ sello para algunos equipos, como Alex Aguinaga, con 14 años en el Necaxa.

¿Por qué entonces no preservar la valía de personajes emblemáticos para una entidad deportiva? Henry Martín no acaba de llevar a buen puerto su negociación para quizá cerrar su carrera con el América hasta el cierre de esta edición.

El arraigo es un valor cada vez más ignorado por los dirigentes de las entidades deportivas. La identidad, clave suprema en la representación de las marcas, se deja de lado con una facilidad pasmosa.

El dinero no debiera ser un factor para respetar o no el sentido de pertenencia de las lovemarks. No hay nada peor que mercantilizar el deporte. Ni funcionan las excusas que digan lo contrario. #Nunca

Fuente externa: Fan Datos de CID Consultoría

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil