La partida de un líder genuino

Grupo Pachuca dedicó un video a la memoria de Ernesto López Robles y una cancha de prácticas en la zona esmeralda del León lleva su nombre
Héctor Quispe Héctor Quispe Publicado el
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Ernesto López Robles se marchó de este mundo terrenal para trascender en la memoria selectiva de lo valioso. El ámbito de los medios informativos y el de la industria deportiva están de luto como el de los hijos putativos que aprendieron de él. Su prematura pérdida deja un legado indudable al igual que una ausencia imposible de cubrir.

Esta columna 158 de Fan PRO se cierra en un terrible miércoles, el 21 de febrero de 2024, día del fallecimiento de Ernesto, reconocido por su liderazgo al frente de empresas de grandes ligas nacionales e internacionales, apenas a los 56 años de edad, a consecuencia de una enfermedad contra la que luchó gallardamente. Apenas en enero dejó su cargo como vicepresidente de programación de Fox Sports México, que desempeñaba desde 2015, debido a su salud.

El líder nace

El 12 de octubre de 1994, quien esto escribe tuvo la oportunidad de conocer a Ernesto. En un pasillo de la redacción improvisada de lo que sería el inicio de un nuevo diario de circulación nacional mandó llamar a algunos incipientes reporteros, mujeres y hombres, que acababan de incorporarse al proyecto.

Se quitó el saco Armani azul marino para arremangarse la blanca camisa y cargar unas cajas mientras sacudía el rubio copete con tan buen fijador que no podía descomponerse mientras acomodaba con energía los pesados paquetes.

“Héctor, ¡cómo estás!”, saludó a cada uno sin preguntar quién era quién.

“Esta cámara es para tí. ¡Felicidades!”, dijo y entregó una Nikon nuevecita así como una decena de rollos de película Fuji y baterías doble A. Luego, el estrechón de manos y la amplia sonrisa que selló siempre todas las horas y horas de conversaciones a partir de entonces. Ni una gota de sudor ni ninguna arruga, hiciera lo que fuera, el novel gerente comercial siempre aparecía impecable. Aún molesto,cosa que raramente ocurría, ¡nunca dejaba de sonreír!

Esa redacción fundadora plagada de jóvenes veinteañeros fue el principio de lo que sería el diario Reforma, adaptada en el noveno piso del edificio Knoll de la avenida Reforma de la Capital mexicana. Desde un ventanal, se veía el Monumento a la Independencia.

Alejandro Junco de la Vega, presidente de la Editora el Sol, creadora del periódico El Norte, de Monterrey, llegó una tarde posterior a dar un anuncio parroquial: “Se hará un concurso y regalaremos un viaje para quien bautice correctamente al nuevo diario”. A su lado, Ernesto comentó: “es fácil inspirarse cuando uno se deja guiar por el interior”. Al final, no hubo que buscarle mucho al asunto; Reforma, como naming, y Corazón de México, como eslogan, así como El Ángel en la identidad gráfica del cabezal. Hubo quien supuso que quien ganó fue Ernesto o alguien inspirado por lo que dijo. Los humildes mortales reporteros con poca edad y muchas intenciones positivas solo celebraron el hito y asumieron el compromiso. El reto iniciaba semanas antes del 20 de noviembre de 1993, día del primer tiraje de esta nueva entidad periodística.

Para ser, hay que parecer

Sucedió una tarde de viernes. La memoria de este redactor se esfuerza, aunque no alcanza más allá de encontrar el año: 1999. Luego de una agobiante cobertura en Morelia, para un partido de Monarcas ocurrida la noche del jueves, había que llegar a la sede definitiva del Reforma, en la colonia Santa Cruz Atoyac (afuera del Metro Zapata) para solicitar los viáticos de un nuevo viaje el sábado a primera hora.

El manual de estilo de los diarios Reforma y El Norte indican que la presencia del periodista es parte de la marca editorial, y eso lo sabían todos los fundadores, inculcados para promover su ADN.

Sin embargo, tras un viaje pesado en autobús desde la capital michoacana a la Central Camionera Tapo, en el centro de la Ciudad de México, y después pasar al Sur, a este reportero se le hizo fácil olvidar la corbata. 

Por cualquier cosa, la entrada al diario fue casi de puntitas, pero a Ernesto nada se le iba. Desde el piso 2, ordenó amablemente y sin levantar la voz: “ven a mi oficina”.

Sin preámbulo, expuso: “ve por el saco y la corbata a tu casa y vienes por los viáticos. Sé que no te agrada, pero recuerda que representas a este medio y que para ser hay que parecer”.

No había más que decir. Después de otras tres horas en total de camino… Fueron recogidos con mucha propiedad esos viáticos. Postdata: La corbata nunca fue olvidada de nuevo.

Jefe justo

Este columnista dejó de laborar en el diario Reforma en junio de 2000, justo después de conseguir la entrevista exclusiva con uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, Diego Armando Maradona, en un encuentro periodístico que fue reproducido por las principales agencias informativas internacionales.

Ese episodio dio origen además a diferentes esfuerzos académicos como pie de lecciones sobre periodismo deportivo.

El asunto tiene diferentes ángulos y los más importantes involucran a Ernesto López.

Primero, el viernes 9 de junio, este reportero ‘talachó’ para colarse en el hotel sede de concentración de ‘El Pelusa’, el Hotel Royal Pedregal, cuando llegó a México para recrear en el Estadio Azteca su gol hecho con ‘la mano de Dios’, traído desde Cuba –donde el astro se trataba de sus adicciones– por Fausto Ceballos, genial productor del canal de televisión continental Panamerican Sports Network (PSN) –quien tendrá un capítulo aparte en otra entrega de esta columna– y logró la entrevista exclusiva publicada en la edición del sábado 10 de junio de ese año.

Cabe decir aquí que ‘El Diego’ no había concedido una exclusiva para ningún medio mexicano desde su coronación con la Argentina campeona en el Mundial de México 1986.

Ya como subdirector editorial de Reforma, Ernesto, quien supo siempre sacar lo mejor de cada profesional a su cargo, felicitó al periodista y le picó las costillas: “Tráelo al periódico. ¿Verdad que lo harás?”. Sabía que la respuesta siempre era afirmativa, aunque después había que convertirla en realidad. Al advertirle que, a diferencia del mérito de lograr arrebatarle una entrevista al personaje que más odiaba a los periodistas y sin ningún costo, podría ser muy diferente si visitaba al diario porque podría cobrar, expuso tajante: “No importa. No podemos quedarnos sin esta gran oportunidad y será la segunda parte de tu entrevista. Tú tráelo solamente”.

El martes 13 de junio fue una enorme fortuna para este periodista. Maradona arribó a la terraza interior de lujo del periódico. Adentro, estaba la plana mayor formada por directivos principales y editores, al igual que compañeros de toda la redacción. 

Gente como Roberto Zamarripa, entonces enorme reportero político y editor de la sección Nacional, hoy director editorial del diario, el ingeniero Lázaro Ríos, quien dirigió el medio a partir de ese año y durante 18 en total; Andrés Amieva, coordinador de Deportes; Alejandro Gómez, editor de la sección, entre otros peces gordos… Lo único que le quedaba al reportero era esperar a que le dijeran quién podría tomar la estafeta para entrevistar al gran personaje. Pero no. Ernesto se acercó para decir: “Qué esperas, el mérito es solo tuyo. Termina lo que empezaste”.

El miércoles 14 y el jueves 15 de junio se reseñó esa segunda charla (en parte 1, parte 2 y parte 3) con Maradona en el Reforma.

Para siempre

Ernesto López Robles fue antes que todo un amigo entrañable. Nunca perdía de vista a sus discípulos y con un sentido paternal ejemplar siempre estaba al pendiente. Una cascada de publicaciones con mensajes de cariño y dolor de quienes tuvieron el privilegio de tratarlo se han vertido por su sensible fallecimiento. Todas las entidades con las que negoció también llevarán consigo su recuerdo perenne.

Grupo Pachuca dedicó un video emotivo a su memoria y una cancha de prácticas en la zona esmeralda del León lleva su nombre. 

La partida de un líder nato como él deja un legado, pero también pérdidas significativas en la industria que tanto requiere de estos caudillos. No basta comandar grupos, también se deben encabezar causas y defender proyectos. Todo eso lo caracterizó. Qué debe suceder para que surjan otros seres parecidos, que se fomente su aportación y no se obstaculicen sus propósitos. Hay que reflexionar.

Estimado Ernesto, por supuesto que llegará la anhelada posibilidad de trabajar juntos en la posteridad. Gracias por tanto y por lo que viene. Seguramente tu Cruz Azul te dará alguna alegría. Bendiciones y abrazos para tu esposa Ana y tus hijos Ana Pau y Luis Ernesto. #Amen

Fuente externa: Fan Datos de CID Consultoría

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